ZARAGOZA

Los trabajos de limpieza y rehabilitación vuelven a dar brillo a la muralla medieval

En la zona de la calle de Arcadas se está sacando a la luz parte de la construcción que quedaba en las bodegas de dos casas derribadas.

El paño medieval de la calle de Asalto ha sido rehabilitado.
Los trabajos de limpieza y rehabilitación vuelven a dar brillo a la muralla medieval
óLIVER DUCH

«Llevamos unos veinte años 'sacando' muralla», cuenta Úrsula Heredia, jefa del servicio municipal de Patrimonio Cultural, para quien la construcción medieval que recorre las calles de la Magdalena no deja de deparar sorpresas. Así, los nuevos trabajos se están centrando en desescombrar y sacar a la luz buena parte de la muralla 'subterránea', que se ha hallado en las bodegas de las que eran los números 6 y 8 de la calle de Arcadas.

Al mismo tiempo, se ha limpiado el paño medieval de la estructura de las calles de Asalto y Cantín y Gamboa, cuyos ladrillos dañados han sido restaurados, sus juntas también han mejorado gracias al mortero de cal y las piedras han quedado libres de pintadas y, ahora también, de andamios.

Estos trabajos corrieron a cargo de la empresa Rubio Morte y se presupuestaron en unos 200.000 euros. La otra intervención que se está llevando a cabo en la muralla medieval, en el tramo de la calle de Alonso V, es un contrato menor, de 58.000 euros, adjudicado a Derribos Salvador y Amado Terrén. En este espacio, al lado del albergue de transeúntes donde ya en los ochenta se recuperó el torreón y parte del lienzo, se trabaja actualmente en el apuntalamiento telescópico de la muralla. «Primero se derribó lo que la circundaba -alguna galería adintelada amenazaba ruina- y después se procedió a consolidarla», comentan fuentes de Patrimonio, que dieron con la construcción porque «de la antigua casa asomaba una estructura de hormigón que tenía vuelo y comprobamos, efectivamente, que estaba apoyada en parte de la muralla».

El proceso de expropiación de las viviendas de la calle de Armadas se prolongó durante más de siete años y, «cuando estábamos a punto de poder intervenir, se metió un grupo de okupas», cuenta Heredia, que informa de que ya en las bodegas del convento de San Agustín (que después fuera cuartel) se realizaron prospecciones en 2008 y se continuó trabajando el año pasado con fondos del FEIL.

Todas estas labores forman parte del Plan Especial de Protección de la Muralla que el Ayuntamiento aprobó hace más de una década y en el que se instaba a conservar todos los restos de interés que aparezcan durante su investigación arqueológica. Gran parte de la estructura medieval muestra también huellas de metralla de la artillería francesa, dado que en el barrio se libraron cruentas batallas de los Sitios. No en vano hay una dedicatoria a los héroes que defendieron la ciudad del avance napoleónico y, a pocos metros, la casa palacio de la calle de Alejandro Palomar también muestra en su fachada su tumultuoso pasado.