CONSUMO

Grifos en guerra contra el agua mineral

La OCU ha elaborado un informe en el que reivindica en uso de la jarra en los bares y restaurantes para reducir costes y envases de un solo uso. Aunque la difusión de esta propuesta todavía es escasa, algunos establecimientos ya se muestran receptivos con la idea.

Mónica, camarera de la taberna Bílbilis, sirve agua del grifo en una copa.
Grifos en guerra contra el agua mineral
CARLOS MONCíN

El agua del grifo ya no se conforma con llenar el cubo de la fregona y hervir en una olla exprés llena de menestra de verduras. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que reivindica el agua del grifo en los bares y restaurantes, "la calidad del suministro en la mayor parte de España es excelente". Así lo asegura la organización después de un estudio en el que se han analizado 32 marcas de aguas minerales envasadas -con y sin gas-, con el objetivo de comparar su calidad, su etiquetado y su precio.


De momento, son pocos los establecimientos que ofrecen a sus clientes la posibilidad de refrescarse con agua del grifo, aunque la mayoría de los restauradores se muestran receptivos al mensaje de la OCU. Los consumidores sostienen que esta propuesta podría ser beneficiosa para la naturaleza y aliviar el bolsillo del usuario, ya que el hecho de que este pueda pedir una jarra de agua "disminuiría de forma significativa los envases de un solo un solo uso y reduciría el coste medio del menú". Esta demanda adquiere especial sentido en la capital aragonesa, una ciudad que desde hace poco más de un mes se abastece totalmente -aunque de forma provisional- de agua del embalse de Yesa.


Diferencia de precios

Según el estudio llevado a cabo por la organización, el precio medio del litro de las marcas analizadas es de 0,26 euros, aunque la diferencia entre marcas es muy grande -el litro del agua puede oscilar entre 0,13 y 0,81 euros-. La del grifo, sin embargo, cuesta alrededor de un euro el metro cúbico -0,001 euros el litro-, un precio hasta 100 veces inferior al de las marcas de agua mineral más baratas del mercado. Y aunque subirá de forma importante en el futuro para rentabilizar las obras que han sido necesarias para traerla desde el Pirineo, la diferencia respecto a la mineral seguirá siendo notable.


Sin embargo, el desconocimiento de esta recomendación por parte de los restauradores y la costumbre de los clientes de pedir agua mineral hace que todavía sea inusual ver una jarra con hielo sobre la mesa de cualquier establecimiento. "No teníamos ni idea", reconocía ayer José Manuel Antón, propietario de la taberna Bílbilis, situada en la céntrica calle de San Clemente. "No va a repercutir en el precio del menú, ya que es el mismo independientemente de que el cliente pida agua, cerveza o vino", afirma Antón. "Aún así, me parece mucho más cómodo, ya que me ahorraría el trabajo de tener que almacenar todas las cajas de agua embotellada", añade el dueño de la taberna. En la misma línea se manifiesta Alberto García, un cliente del establecimiento: "Me parece bien, siempre que no te intenten colar agua del grifo como si fuese mineral".


La reciente recomendación de la OCU tampoco había llegado a los oídos de Pedro Giménez, presidente de la Asociación de Bares de Zaragoza, quien la recibió con los brazos abiertos. "Cualquier medida que sirva para promocionar el agua de la ciudad me parece fantástica, y todavía más si ayuda a reducir costes para el restaurador y el cliente", asegura Giménez. Según el presidente de la Asociación de Bares, la gente está acostumbrada a pedir agua mineral porque antes la del grifo era de mala calidad. Sin embargo, "ahora que llega desdel Pirineo, podemos estudiar esta reivindicación", añadió.


La Unión de Consumidores de Aragón (UCA) también defiende el agua de Zaragoza, que tiene unas características "mejores que la mayoría de las ciudades españolas". Así lo aseguraba en un informe elaborado hace unos meses, en el que explicaba que "el abastecimiento de agua de Yesa -por aquel entonces, del 50 por ciento- ha supuesto una disminución de su dureza, turbidez y nivel de cloración".


Sin embargo, no todo iban a ser alabanzas a la recomendación de la OCU, que ya ha creado cierto malestar entre las plantas de embotellamiento y otras asociaciones relacionadas con el sector, que defienden el consumo de agua mineral alegando que es un producto diferente a la del grifo. Según Jesús Román, presidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación, "el agua mineral procede de manantiales subterráneos y el proceso al que se somete es natural. Su composición y sabor no varían, y eso es algo que los consumidores saben apreciar".