RECICLAJE

La subida del precio del cartón dispara las sustracciones en los contenedores de reciclaje

FCC estima que durante los primeros cinco meses de 2011 la recogida de papel en los depósitos ha descendido un 7,5%El fenómeno de los grupos organizados que llenan sus furgonetas con nocturnidad también castiga a las arcas municipales.

Un hombre hace acopio de cartón en el centro de Zaragoza.
La subida del precio del cartón dispara las sustracciones en los contenedores de reciclaje
A. NAVARRO

Las revoluciones en Oriente Medio provocaron que el precio del petróleo se disparara. De igual forma reaccionó el mercado de las materias primas y el cartón ha acabado alcanzando precios de récord. Esta circunstancia no ha pasado inadvertida para decenas de personas que, a diario, han de buscarse la vida por las calles de Zaragoza. La sustracción de cartón y papel de los contenedores se ha disparado y ha atraído, incluso, a grupos organizados que todas las noches recorren las calles con furgonetas, que llenan hasta los topes con kilos y kilos de cartón recogido furtivamente.


En el Ayuntamiento son conscientes del problema y, también, del perjuicio económico que les genera porque el servicio de recogida selectiva pierde eficiencia e ingresos. Las contratas realizan las mismas rutas con menos volumen de material recogido y, según FCC -la concesionaria de la limpieza municipal- este tipo de hurtos se han intensificado desde comienzos de año. «Desde que se inició la crisis, existe una tendencia a la reducción del reciclaje, por lo que es difícil discernir qué porcentaje se atribuye al descenso del consumo (y la cantidad de residuos generados) y qué parte se achaca a los robos de material», explican fuentes de FCC.


El 'modus operandi'


La misma concesionaria sí que hace estimaciones de lo que está descendiendo en los primeros cinco meses del año (aún no hay datos de junio). Mientras la recogida de basura 'normal' ha caído un 1,2%, en el caso concreto de papel y cartón el descenso es de un 7,5%. Son más de 1.600 los contenedores azules de papel que se desperdigan por toda la ciudad y para las brigadas ya deja de ser una sorpresa comprobar que alguien se les ha adelantado y ha hecho a conciencia su 'trabajo', aunque -evidentemente- este amigo de lo ajeno no llevará la mercancía a Saica Natur (antigua Reasa) como sí hace FCC.


Basta con pasear por la ciudad de noche para toparse con furgonetas -algunas muy destartaladas- con las puertas abiertas y montones y montones de cartones acumulados. El 'modus operandi' de estos grupos es sencillo: acostumbran a ir en pareja (la mayoría de etnia gitana rumana), dejan el vehículo en doble fila, y no dudan en introducirse hasta medio cuerpo dentro del contáiner para 'rascar' el máximo cartón posible.


En una hora pueden vaciar hasta 20 depósitos e, incluso, tienen controlados los comercios que más residuos de papel generan (el día en el que reciben género nuevo, por ejemplo, en las tiendas de ropa) y las calles en las que pueden dedicarse a estas prácticas sin problemas: vías como Tomás Bretón o Corona de Aragón -con numerosos contáiners y facilidad de aparcar en doble fila- son muy frecuentadas. También en el paseo de las Damas se han llegado a producir escenas paradójicas e insólitas como que el camión de FCC tuviera que esperar a que la furgoneta en doble fila concluyera su 'actividad' para poder acceder a los contenedores.


¿Y qué hacen los 'cartoneros' con el material recogido? Lo revenden a peso en pequeñas empresas que aceptan este tipo de mercancía sin que les expliquen su procedencia y sin que, evidentemente, se emitan facturas. Así, el paralelismo de estos hurtos con los de cobre o los materiales de construcción de obra es evidente, aunque en el caso de la chatarra la ley exige que el comprador conozca la procedencia del material y, en lo referente al cartón, no hay una regulación precisa.


Sugerentes tarifas


El caso es que el papel hasta hace pocos meses apenas tenía valor, pero hoy cotiza al alza. Actualmente el precio del papel (bien pagado) puede alcanzar los nueve céntimos por kilo en el 'mercado negro', si bien, una tarifa 'razonable' serían unos seis céntimos. Además, el papel de periódico y el papel en blanco son los más cotizados (así como los recortes de imprenta o las pruebas de impresión). Así, por una tonelada de papel los cartoneros pueden obtener unos 60 euros, si bien lo habitual es que a diario no recojan más que para sacarse entre 15 y 30 euros.


Víctor Sanz, director general de Saica Natur, considera que el mayor perjudicado es el Ayuntamiento y que la única solución pasa por incrementar la vigilancia de los servicios, extremo que en la actual coyuntura económica parece poco probable. El Consistorio, sin ir más lejos, recibe una ayuda por parte de Ecoembes, destinada a compensar el esfuerzo que se hace ofreciendo a los ciudadanos la recogida selectiva y esa ayuda es, lógicamente, proporcional al número de toneladas que se recuperen.


En otras ciudades se ha estudiado -incluso- ajustar los diseños de los contenedores pero este fenómeno se sigue dando con muy diversos tipos de contáiners. Sanz lamenta que ha costado mucho tiempo (más de 15 años) concienciar a la gente para que recicle y que muchos comerciantes se desaniman al conocer estos hechos.