MÁXIMO HISTÓRICO

La lista de espera de la atención domiciliaria roza las 6.000 personas

El número de zaragozanos pendientes de recibir esta prestación ha crecido un 13% en ocho meses y supera a la de los atendidos.

La lista de espera para recibir el servicio de ayuda a domicilio del Ayuntamiento de Zaragoza se sigue disparando y ya roza las 6.000 personas, su máximo histórico. Según reconoció este lunes la consejera municipal de Servicios Públicos y Acción Social, Carmen Dueso, en la actualidad hay 5.850 zaragozanos pendientes de recibir esta prestación, cuando hace solo ocho meses la cifra era de 5.090. Hace seis años había menos de 3.000 personas en la lista de espera, según reconocía entonces el Consistorio.


Por lo tanto, la cifra ha crecido de manera espectacular en los últimos años. Tanto que desde hace meses la cifra de personas que están esperando recibir esta prestación social supera, y ya con creces, a la de las personas que la reciben. Actualmente el Ayuntamiento se hace cargo de unos 4.500 casos de vecinos con este tipo de necesidades mientras que, como se ha señalado, 5.850 personas no pueden acceder a estas prestaciones municipales.La cifra de beneficiarios no ha crecido, ya que en diciembre del año pasado se prestaban atenciones domiciliarias a 4.477 personas. Lo que ha aumentado de manera sustancial ha sido el número de zaragozanos que demandan este servicio social.


Sí ha bajado el número de personas que se han beneficiado del Programa Respiro, un servicio de apoyo o sustitución de los cuidadores de las personas dependientes. En diciembre de 2010 eran 1.034 las familias que pudieron recibir esta atención, mientras que en la actualidad la cifra es de unas 760. La lista de espera en el servicio de teleasistencia, por su parte, es de casi un millar de personas (concretamente, de 962 zaragozanos).

Una lista que no mengua

Con el permanente aumento de las personas que esperan atención domiciliaria, el Ayuntamiento no está cumpliendo con el objetivo que se planteó en 2009 de, directamente, "acabar" con esta lista de espera. Entonces sacó a licitación la gestión de estas prestaciones, un concurso que se dividió por lotes y que se terminaron llevando, a finales del año pasado, dos empresas diferentes por 62 millones de euros para los seis próximos años.


La atención a domicilio es un servicio social que asumió el Ayuntamiento hace más de una década, después de que Cáritas lo comenzara a cubrir con anterioridad. Al pasar a prestarlo el Consistorio, desde esta organización lo abandonaron como tal. Sin embargo, Cáritas sigue haciendo labores de comida y de acompañamiento domiciliario. Como buenos conocedores del sector, observan que "desde las instituciones no se da una respuesta adecuada a la demanda existente", en palabras de Cristina García, coordinadora de intervención social de Cáritas.

Según apunta, uno de los mayores problemas se plantean porque «no hay un seguimiento adecuado de las ayudas que se prestan». De esta labor, según señala García, «se responsabilizan mutuamente el Ayuntamiento y el Gobierno de Aragón».

De hecho, la competencia de la ayuda a domicilio es uno de los focos de discusión entre el Consistorio de la capital aragonesa y la Comunidad Autónoma. Tanto el alcalde, Juan Alberto Belloch, como el responsable de Economía y Hacienda, Fernando Gimeno, han reclamado varias veces que sea la DGA la que asuma esta labor, que incluyen dentro de las "competencias impropias" que ejerce el Ayuntamiento. La atención a domicilio es uno de los servicios que más déficit arrastra dentro del Ayuntamiento, ya que genera unas pérdidas anuales de 17,2 millones de euros.

A la espera en el Actur

Mientras tanto, los mayores de la ciudad se cansan de esperar. Adela Vacas, de la comisión de mayores de la asociación de vecinos del Actur, cuenta que pidió la ayuda «hace cuatro años» y que todavía está esperando. Explica que contratar una persona para que le ayude en los cuidados de su marido (de 88 años) le costaría "300 euros al mes". "Con la pensión no puedo permitírmelo", dice.


"Las ayudas no llegan porque no hay dinero", reclama, mientras observa que "la demanda es muy grande". Además, según apunta, en algunos casos es demasiado tarde, porque cuando llega, la persona que la ha pedido o su pareja ya han fallecido.