CAPITALIDAD CULTURAL

La idea de utopía será la marca de Zaragoza en el segundo y definitivo asalto por el 2016

«Cuando Europa se atreve, avanza», afirma César Falo, director de la candidatura por la capitalidad cultural cuyo dosier se está ultimando.

Imagen del Circo del Sol con la que el dosier ilustra sus utopías.
La idea de utopía será la marca de Zaragoza en el segundo y definitivo asalto por el 2016

Un concepto tan etéreo y evocador como el de la 'utopía' será el hilo conductor que compile y dé coherencia al nuevo dossier con el que la candidatura de Zaragoza prepara el segundo y definitivo asalto a la Capitalidad Cultural de 2016.


«En la primera fase fuimos muy críticos y evidenciamos que la crisis ha hecho que el modelo cultural actual, a base de grandes fastos o a golpe de talonario, se ha venido abajo. Por eso apostamos por una cultura sostenible en sí misma y por la utopía, que, lejos de constituir un sueño irrealizable, nos parece que ofrece soluciones emotivas y esperanzadoras», afirma César Falo, director de Zaragoza 2016.


Por el nuevo documento que redacta la candidatura zaragozana desde el pasado mes de octubre asoman su cabeza los duendes de Tolkien, el mismísimo Gulliver o Alicia haciendo piruetas a ambos lados del espejo. También, por descontado, personajes reales que en su día se embarcaron en una odisea con tintes de locura (Marco Polo o el propio Colón) y demostraron que con su arrojo la Humanidad avanzó. «La utopía no es un brindis al sol sino que acompaña al discurso riguroso y forma parte de nuestra historia común. Cada vez que Europa se ha atrevido, ha avanzado. Aquello que entonces parecía utópico (el sufragio universal o los derechos humanos) hoy se descubre como indispensable», sentencia Falo.


En ese «lanzarse a la aventura y asumir temibles riesgos» encuentran perfecto encaje los grandes genios y visionarios de Aragón. Así, Goya o Buñuel -que ya protagonizaron el primer dosier- es evidente que rompieron moldes, pero también transgredió la razón Fernando el Católico al aventurarse hacia las Indias Orientales o Joaquín Costa y Miguel Servet «trabajando en la duda y ahondando en el pensamiento crítico». «Las piezas van encajando casi sin querer: la utopía se constituye en un recurso para salvar la situación crítica en la que estamos y para volver a construir Europa», asevera Falo, que recuerda -además- que en 2016 se cumplen justo 500 años desde que Tomás Moro publicó su magna obra con el mismo título que ahora Zaragoza enarbola por bandera.

 

Goya y Julio Verne

En lo concreto, la oficina zaragozana apenas avanza contenidos, aunque sí deja entrever que una veta de trabajo es la que relaciona a Julio Verne con el imaginario de Goya. Otra efeméride que se cumple en 2016, por cierto, son los cien años del movimiento dadá y Zaragoza también lo tendrá en cuenta.


«No queríamos esperar más tiempo para desvelar que esta será nuestra marca», comentan los responsables de la candidatura zaragozana que -reconocen- miran de soslayo cómo están trabajando sus rivales. Aunque el jurado recomendó que hubiera un tema que diera unidad a los dosieres, de momento, solo Zaragoza y San Sebastián han mostrado sus cartas. La ciudad guipuzcoana, que con sus 'Olas se energía' se ha convertido en una de las favoritas, basará sus tesis en el argumento de 'la paz y la convivencia'. Aún es un misterio, sin embargo, lo que propongan Córdoba, Las Palmas de Gran Canaria, Burgos y Segovia, que también disputan el 'sprint' final por ser la representante española en la capitalidad cultural en 2016.


En cualquier caso, la campañas de comunicación de Zaragoza tendrán un fuerte impulso el mes que viene, dado que en marzo está previsto que se presente la estrategia de la década para la cultura en Zaragoza 2010-2020. El 30 de mayo el jurado europeo examinará a la capital aragonesa 'in situ' y el proyecto que ahora se define habrá que presentarlo en Madrid antes del próximo 30 de junio. Será en una exposición pública en la que el jurado ya dejó claro que quería ver más artistas y agentes culturales y menos políticos. Entonces Zaragoza sabrá si la gran fiesta de la cultura de 2016 se podrá vivir en sus calles, o si habrá que desplazarse para verla.