Tercer Milenio

En colaboración con ITA

TRABAJO SOCIAL

La Fundación Federico Ozanam logra crear otros cien nuevos empleos

Tiene una bolsa de trabajo en la que hay inscritas más de 400 personas que tienen problemas de inserción social y de cualificación.

Las auxiliares de la residencia Cai-Ozanam-Oliver, se encargan de servir las comidas.
La Fundación Federico Ozanam logra crear otros cien nuevos empleos
ARáNZAZU NAVARRO

En los comedores de válidos y asistidos de la residencia y centro de día Cai-Ozanam- Oliver, media docena de trabajadoras se afanan por servir la comida a las más de 200 personas que desde el pasado verano conviven en este centro. Estas seis auxiliares forman parte del grupo de cien nuevos trabajadores, en su mayoría mujeres, que la Fundación Federico Ozanam contrató a lo largo del 2010.


Con estos cien nuevos contratos, la nómina de esta entidad social se ha incrementado en más de 200 trabajadores desde el año 2007, cuando contaban con 490.


«La creación de nuevos empleos desde el tercer sector, que incluye oenegés y entidades sociales, está teniendo un peso muy importante en la economía nacional, porque son muchos los trabajadores que dependen de estas instituciones», matiza José María Lamana, subdirector de la Fundación Federico Ozanam.


En el caso concreto de esta entidad, cuentan con una bolsa de empleo en la que hay inscritas más de 400 personas con especiales dificultades de inserción, mujeres, inmigrantes, parados de muy larga duración o jóvenes sin cualificación. Además, en su bolsa de colocación hay inscritos más de 4.000 futuros trabajadores.

 

Programas de formación

«Nuestra labor consiste en formarlos para que su inserción laboral y social sea lo más completa posible. Además, hacemos todo lo posible por encontrarles un trabajo adecuado para salir de esta situación. Y si tenemos que llamar a las empresas para conseguirlo, se les llama», afirma Enrique Santamaría, presidente del patronato de la Fundación.


En el caso de la residencia y centro de día Cai-Ozanam-Oliver, los trabajadores acudieron durante tres meses a cursos de formación con el fin de lograr unos niveles de cualificación profesional que les han permitido trabajar como gerocultores.


Además, en Ozanam cuentan con tres programas de formación dirigidos a jóvenes que provienen del fracaso social y que gracias a estas actividades pueden aprender conceptos básicos de lavandería, carpintería o reformas de albañilería. En estos momentos, 45 personas se benefician de estas actividades.


«Siempre combinamos la formación en el oficio con cuestiones básicas, como lectura, escritura o nociones de trabajo en grupo», matiza Lamana, quien recuerda que para acometer las labores de formación, tienen una plantilla de 30 personas.


«Generar empleo es una auténtica odisea en los tiempos de crisis, pero conseguir que a estos puestos accedan personas con especiales dificultades de inclusión social y laboral es todavía más complicado, pero hay que luchar por ello», recuerda Enrique Santamaría.