INFRAESTRUCTURAS

La ciudad sale a conocer el tranvía sin cerrar el debate sobre si es lo mejor para la movilidad

Gran afluencia de zaragozanos para descubrir la réplica del nuevo transporteEl alcalde afirma que la apertura de la línea acabará con la controversia.

Cientos de ciudadanos visitaron la maqueta del tranvía Urbos 3 situado en la plaza de España.
La ciudad sale a conocer el tranvía sin cerrar el debate sobre si es lo mejor para la movilidad
J. M. MARCO

"¡Ya puedo decir que he subido a un tranvía!". Con este entusiasmo salió Paula Martínez, acompañada por su amiga Almudena Calvo, después de visitar la réplica de los dos primeros coches del futuro medio de transporte, que ayer se descubrieron al público en la plaza de España de Zaragoza. La expectación fue alta toda la jornada y, pese a la polémica que arrastra el proyecto desde que echó a andar, cientos de ciudadanos se acercaron a conocer el flamante Urbos 3 de CAF.

El primero en subir fue el alcalde, Juan Alberto Belloch, acompañado por el consejero de Obras Públicas, Alfonso Vicente, y por otros responsables municipales y de las contratistas. Consciente de la falta de consenso ciudadano -el 51% de los ciudadanos rechaza el tranvía frente al 37,7% que lo apoya, según una reciente encuesta de Ebrópolis-, Belloch fue al grano: "A los 15 días de su puesta en marcha, el problema será por qué no hacemos otra línea y se acabará con la polémica sobre sus ventajas, que son evidentes", declaró.

El máximo responsable municipal, que se puso incluso a los mandos de la réplica, destacó la accesibilidad del vehículo, sus avances tecnológicos con el sistema de ultracondensadores para circular sin catenaria y su belleza estética. "Es el más accesible, innovador y hermoso de España", declaró.

La concejal de Servicios Públicos, Carmen Dueso, dijo que la maqueta se podrá visitar al menos durante los dos próximos meses y destacó que la presentación en público del Urbos 3 de CAF supondrá "un antes y un después" para la ejecución del proyecto. "El tranvía va a ser el emblema de la ciudad", afirmó.

Pero al margen de las declaraciones más o menos rimbombantes de los responsables políticos, la gran protagonista era la maqueta del Urbos 3. Con sus colores rojo, gris y negro como seña distintiva y la imagen de la marca de la ciudad recorriendo sus costados, todas las miradas se dirigieron al nuevo medio de transporte.

La afluencia de ciudadanos fue masiva, pese a la fina lluvia que cayó ayer por la tarde en Zaragoza. Un portavoz municipal estimó que entre 3.000 y 4.000 personas pudieron pasar por la carpa en la que está la maqueta del tranvía.

La aceptación fue general, incluso entre aquellos que rechazan la infraestructura. Almudena Calvo fue clara: "Yo creo que no va a funcionar. En otras ciudades está bien, pero no lo veo en Zaragoza. Las calles son pequeñas y no hay sitio. Pero el tren es mono".

El debate sobre si el tranvía mejorará la movilidad flotó durante toda la jornada al lado de la maqueta. Tres jóvenes opositoras al Ministerio de Hacienda hablaban tras la visita de si esta nueva infraestructura es lo que necesita Zaragoza. "Estoy encantada con que haya tranvía. Disminuye la contaminación y mejora el transporte urbano. Si en muchas ciudades funciona, ¿por qué aquí no?", opinó Almudena de Pablo.

Rebeca Francés dijo lo contrario. "Para una ciudad como Zaragoza, creo que no es lo mejor. Dentro de unos años necesitará un metro", afirmó. Eso sí, a Rebeca le gustó mucho el vehículo: "Creía que era más rudimentario y en realidad funciona igual que un metro". Laura Pinilla destacó otro de los elementos que más llamó la atención. "Lo que más me gusta es que hay máquinas para recargar la tarjeta de transporte dentro del vehículo", subrayó.

En el interior del tren, los visitantes se sentaban en los asientos ergonómicos de madera, hacían fotos y atendían las explicaciones de los voluntarios. Antonia Tienda, acompañada de su marido, Antonio Gómez, estaba emocionada. "Es una maravilla. Me gusta lo cómodo y lo bonito que es. Estoy encantada. Hay mucha diferencia con los tranvías antiguos, como de la noche al día", dijo.

Los discapacitados también mostraron su satisfacción por las ventajas que tendrá para ellos. En su silla de ruedas, María Asunción Lajusticia declaró que el tranvía "es muy cómodo y muy fácil a la hora de acceder". "Merece la pena", afirmó. Los niños fueron los que más disfrutaron. Como Javier, de 11 años: "Lo mejor es la cabina de mandos. Me gustaría llegar a conducir un tranvía".