Julián Díez sustituirá a Carlos Escribano como párroco de Santa Engracia

zaragoza. El sacerdote ejeano Julián Díez González sustituirá como párroco de Santa Engracia al recién nombrado obispo de Teruel y Albarracín, Carlos Escribano Subías. La decisión del Arzobispado de Zaragoza se confirmó el pasado martes, pero Díez, que en los últimos cuatro años ha sido responsable de la parroquia de San Valero, en Delicias, no se incorporará a su nuevo destino hasta finales de mes.

El relevo se hará efectivo tras una eucaristía en la que participarán tanto el nuevo obispo de Teruel como su sucesor al frente de Santa Engracia. Probablemente, esa ceremonia tendrá lugar el 24 de octubre, pero la fecha todavía no está confirmada.

Julián Luis Díez González nació en Ejea hace 53 años. A los 10 ingresó en el seminario de Zaragoza, y fue ordenado sacerdote el 4 de julio de 1981 en la parroquia del Sagrado Corazón de María. Al día siguiente ofició su primera misa en su ciudad natal, y durante 16 años recorrió de parroquia en parroquia 21 municipios de la provincia.

Sin embargo, desde 1997 la labor pastoral de Díez ha estado ligada al barrio de Delicias. Primero, como párroco de Santo Dominguito de Val, donde estuvo nueve años, y más recientemente al frente de San Valero, una de las parroquias más grandes de la ciudad. "Mi nombramiento no era previsible porque llevaba solo cuatro años -explica el sacerdote ejeano-. Yo me enteré el lunes y fue una sorpresa tremenda. De hecho, todavía no me hago a la idea".

Ilusión y responsabilidad

Díez se reunirá el miércoles con Carlos Escribano para hablar de su nuevo destino. Hasta entonces, asegura que no conoce las características y la actividad de la parroquia de Santa Engracia "más que cualquier sacerdote zaragozano". Pese a todo, el nuevo párroco dice sentir "mucha ilusión y una gran responsabilidad".

"La parroquia de Santa Engracia tiene renombre dentro y fuera de la diócesis -recuerda Díez-. Sus sacerdotes siempre la han llevado muy bien y tiene una estructura y una vida ejemplares, así que mi idea es venir a trabajar duro respetando y construyendo sobre los cimientos que ya existen".

Sobre las diferencias que puede encontrar entre su labor pastoral en Delicias y la que desarrolle en Santa Engracia, el nuevo párroco insiste en que afronta su nueva etapa "sin prejuzgar nada". "Los prejuicios pueden ser caprichos del que los tiene -dice-. Voy a tener la mente y el corazón abiertos y mi referencia será lo que el Espíritu pide a la diócesis de Zaragoza y a la Iglesia universal".