ACCESIBILIDAD

Un medio de transporte muy accesible

Los colectivos de discapacitados alaban el trabajo realizado para evitar barreras en el nuevo transporte, aunque solicitan algunas mejoras antes de su puesta en marcha.

Los motoristas piden retirar los bordillos afilados del tranvía por su peligrosidad
Los motoristas piden retirar los bordillos afilados del tranvía por su peligrosidad
E. CASAS

Si un reciente informe cuestionaba ciertos aspectos en la accesibilidad de la ciudad de Zaragoza, como los relacionados con las personas de visión reducida, los responsables del tranvía hacen gala de haber hecho los deberes en este sentido.


Como explicó el gerente Los Tranvías de Zaragoza, Alejandro Moreno, en Heraldo.es, «desde el principio fue una prioridad» en el diseño de los convoyes y de las estaciones que no hubiera barreras arquitectónicas para los discapacitados.


De hecho, se ha trabajado conjuntamente con colectivos como la ONCE o Disminuidos Físicos de Aragón (DFA) para llegar a buen fin. Sin embargo, y aunque agradecen la predisposición de la empresa concesionaria, señalan algunos puntos a mejorar.


Según Marta Valencia, secretaria técnica de la Fundación DFA, el nivel de accesibilidad es bueno, pero «parece que se han olvidado de las personas que usan muletas o bastones». Por ello, han trasladado varias peticiones, como la instalación de reposabrazos, tanto en el interior como en las paradas, que permitan a estos usuarios levantarse de los asientos con facilidad.


También destacan que los validadores de billetes son incómodos para las personas con muletas y que algunos asientos adaptados están al otro lado de la rótula móvil que permite girar al tranvía, lo que dificulta el desplazamiento por el interior del convoy.


Además, los cuatro asientos destinados a los discapacitados pueden ser usados por sillas de bebé, bicicletas y otros útiles de volumen considerable, por lo que temen que falte espacio para todos.


Tampoco convencen demasiado los bordillos terminados en punta ni los rebajes laterales de los pasos de cebra, rematados en ángulo recto, cuando los expertos recomiendan que se instalen con un ángulo de 45 grados.

Personas con movilidad reducida

Una de las principales ventajas del Tranvía es que el acceso está a ras de suelo, lo que permite la entrada y salida de sillas de ruedas con facilidad. En el interior, la amplitud permite que una persona en silla de ruedas pueda desplazarse sin obstáculos. Los asideros se han situado estratégicamente para que se siempre sea posible contar con un punto de sujeción.


También hay zonas con apoyo isquiático para quienes no pueden sentarse. En el banco de las marquesinas se ha colocado igualmente un soporte de apoyo.

Personas con visión reducida

Tanto en el material fijo como en el móvil se han utilizado colores de contraste a fin de que todos los elementos resulten fácilmente reconocibles. Los botones de apertura de puertas son de un intenso amarillo. Del mismo tono es una franja en el suelo de las puertas que delimita claramente cuando se cruza del interior al exterior, o viceversa.


En la parada, la línea de seguridad tras la que se debe permanecer mientras se espera, es de color amarillo y cuenta con baldosas podotáctiles. El suelo de los pasos de peatones a lo largo de todo el trazado también es de estas características, así como el de los refugios (zonas intermedias entre calzadas en las que es posible detenerse en caso de necesidad).

Las máquinas expendedoras de billetes cuentan con un modo especial para personas con visión reducida, al que se accede con pulsar un botón.


El presidente de la ONCE en Aragón, José Antonio Bes, reconoce que les han escuchado en sus indicaciones, y señala la necesidad de instalar semáforos acústicos que indiquen la llegada del tranvía «porque es muy silencioso».