Medio Ambiente

El pulgón, el viento y la falta de espacio amenazan el arbolado urbano

La capital aragonesa cuenta con 107.000 ejemplares en sus calles ?frente a los 13.000 que había en 1985-. Cada año se reponen cerca de 1.800 árboles, que salen del vivero municipal.

El Ayuntamiento está renovando progresivamente los árboles de camino de las Torres.
El pulgón, el viento y la falta de espacio, las principales amenazas de los árboles urbanos de Zaragoza
I.M

Es una batalla diaria en el área de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Zaragoza: diseñar y conservar el arbolado urbano de la ciudad frente a las limitaciones y amenazas de un entorno hostil, como es el de las calles de una gran urbe. Según sus responsables, plagas como el pulgón o la procesionaria, condiciones como el fuerte viento y, sobre todo, el escaso espacio destinado a cada ejemplar, son los principales riesgos a los que se enfrentan los 106.941 ejemplares que actualmente hay en la capital aragonesa.


Una cifra que va creciendo año a año. De hecho, desde 1985, la población de árboles ha crecido considerablemente, ya que entonces apenas existían 13.000. Un incremento que el responsable del área, José Luis Alonso, justifica por los numerosos beneficios que aportan a los vecinos: «No solo tienen una función estética, también sirven de pantalla acústica, reducen la contaminación, refrigeran el ambiente y ofrecen sombra», explica.


Un detalle este último muy importante en lo que a ahorro energético se refiere. Según varios estudios, una vivienda que recibe sombra de los árboles urbanos reduce su consumo de aire acondicionado un 30%.


Pero su conservación se enfrenta a la realidad de una gran urbe. «En la mayoría de los casos, el ejemplar dispone de muy poco espacio, que comparte con las tuberías de servicio, la propia vivienda, o el asfalto. Son como jaulas de un zoo», señala el biólogo Luis Moreno.


En total, Zaragoza cuenta con 42 especies diferentes de árboles, donde destaca por encima de todos el Plátano de sombra (Platanus Hispánica). Hay más de 24.000 ejemplares, seguido muy de lejos por otras como el pino (Pinus Halepensis) con 7.445 o el chopo (Populus Alba Pyramidalis).

La espinosa elección de los ejemplares

Una de los momentos más importantes a la hora de diseñar el arbolado de la ciudad es la elección de la especie a plantar en cada caso. Sin embargo, esta decisión suele recaer en el promotor que ejecuta la obra de urbanización correspondiente, como sucede con las nuevas viviendas de Valdespartera, o con el Tercer Cinturón, donde el Gobierno Central, encargado de la obra, plantó un tipo de árbol –el Plátano- que ahora sufre demasiado los achaques del fuerte viento en la zona.


También fue controvertida la elección, por parte de un conocido sociólogo, de la plantación de palmeras en la avenida de Conde Aranda, como enlace simbólico entre el palacio de la Aljafería y el centro de la ciudad.


En ocasiones, los responsables de Parques y Jardines reciben consultas por parte de los promotores para conocer cuál es la especie más adecuada. Pero es en la renovación de los árboles cuando tienen el poder total de decisión y pueden aplicar sus conocimientos.


Por ejemplo, en la actualidad se está sustituyendo el arbolado del camino de las Torres por otra especie más adecuada al entorno. En estas decisiones se tiene en cuenta las características físicas de la calle, las ambientales –viento, temperatura…- o el paso de peatones y vehículos. Para ello, el Ayuntamiento cuenta con un vivero municipal en el entorno del Parque Grande, que suministra unos 1.800 árboles al año para renovación.


Además, se analizan factores como los agentes alérgicos, que están llevando a reducir la presencia del Plátano –que llegó a la ciudad de la mano de las tropas de Napoleón-, por otros, como apunta Moreno.


A su vez, se tiene en cuenta el posible desarrollo de plagas. Especies como el Pino, la Robinia o la Catalpa sufren de pulgón, y la primera de ellas, también de procesionaria. Son las dos principales plagas, de muy difícil tratamiento. «El pulgón no podemos atacarlo, porque los productos utilizados podrían afectar a las personas», señala Luis Moreno, mientras que la procesionaria se trata «de momento», ya que la nueva legislación europea pondrá trabas a estos trabajos.


Por otro lado, el riego y la poda son dos aspectos fundamentales en el día a día del servicio de Parques y Jardines. José Luis Alonso señala que «el 50% de los árboles de la ciudad son regados por goteo, y de ellos, el 60% están programados para controlarlos por nosotros». El resto, se riegan con equipos de cisterna, normalmente en las calles más antiguas donde no es posible la instalación de sistemas más modernos.


En cuanto a la poda, reconoce que en ocasiones reciben críticas por parte de los vecinos, que lamentan que algunos árboles se descargan en exceso. Alonso explica que «muchas veces, el mal está por dentro, y la gente no lo ve», por lo que llevan a cabo dichas labores «por la seguridad de los peatones», que podrían verse afectados por la caída de ramas.

Ocho millones de metros cuadrados de zona verde

La superficie de zona verde de Zaragoza ha manifestado un notable incremento desde 2007, cuando contaba con 3,5 millones de metros cuadrados, frente a los 8,2 actuales –solo el Parque del Agua y el frente fluvial aportaron 1,4 más-. Estas cifras dejan el ratio en 11,7 metros cuadrados por habitante, uno de los más altos de España.