TRIBUNAL DE CUENTAS

El Estado aún adeuda al Ayuntamiento 8,5 millones por la obra del balcón de San Lázaro

Gimeno dice que los fondos llegarán pronto y que entonces pagará los trabajos pendientes a la sociedad de la Expo.

Imagen del balcón de San Lázaro, con el puente de Piedra y las torres del Pilar al fondo.
El Estado aún adeuda al Ayuntamiento 8,5 millones por la obra del balcón de San Lázaro
CARLOS MONCíN

El Tribunal de Cuentas ha puesto en evidencia que el Ministerio de Medio Ambiente todavía adeuda al Ayuntamiento 8,5 millones de euros de la reforma del balcón de San Lázaro, una obra que se inauguró en noviembre de 2009 y que costó 18,39 millones de euros. Así consta en su informe sobre la gestión municipal de la Expo, en el que se advierte además un «exceso de coste» de 1,35 millones respecto a lo previsto en el encargo hecho por el Consistorio a Expoagua, que fue la sociedad que ejecutó la obra de urbanización.


Según recoge el documento, el Ministerio de Medio Ambiente y el Ayuntamiento firmaron una adenda en abril de 2007 al convenio de recuperación de las riberas del Ebro, firmado en 2005. El acuerdo estableció que, por razones de plazo, esta reforma la ejecutara el Ayuntamiento de Zaragoza, aunque sería Medio Ambiente la institución que la financiara íntegramente.


El Ayuntamiento, por el momento, ha hecho dos pagos en concepto de provisión de fondos por estas obras: una de 2,3 millones de euros en marzo de 2007 y otra en julio de 2007 de 8,52 millones que le había transferido el Ministerio de Medio Ambiente como primer pago de las obras. En total, 10,86 millones.


La obra siguió su curso, con retrasos e incidencias por la aparición de restos arqueológicos que obligaron a modificar el proyecto, hasta que se inauguró en noviembre de 2009. Pocos días después del estreno de la reforma, el Área de Economía y Hacienda del Consistorio se dirigió al Ministerio de Medio Ambiente para requerir el pago de los 8,52 millones pendientes para completar el 100% de la obra. El Ayuntamiento se comprometió a asumir el exceso de coste respecto a lo previsto inicialmente (1,35 millones), circunstancia que el Tribunal de Cuentas considera una modificación de los términos del convenio.


En el informe se advierte de que «en el Ayuntamiento aún no se ha recibido respuesta del Ministerio», aunque se indica que Medio Ambiente comunicó a Expoagua el 25 de junio de 2010 que «debido a los recortes realizados por la Dirección General del Agua no era posible hacer efectivo el pago por no existir crédito dotado y que no estaba prevista su dotación en los presupuestos de 2011».


El concejal de Economía, Fernando Gimeno, dijo que el pago se iba a producir pronto y que hasta ese momento el Ayuntamiento no traspasará ese dinero a Expoagua (hoy denominada Expo Zaragoza Empresarial). Después habrá que liquidar la obra y, según explicó Gimeno, será el servicio de Intervención el que determine qué pagos corresponden a las arcas municipales y cuáles no.

Deficiencias en la tramitación

Al igual que en otras obras vinculadas a la Expo 2008, el Tribunal de Cuentas detecta diversas deficiencias. Por ejemplo, tras la aparición de restos arqueológicos en el balcón de San Lázaro, Expoagua encargó un concurso de ideas por valor de 17.000 euros. Al ganador se le adjudicó la redacción del proyecto, que tuvo un coste de 114.672 euros «y que no fue aprobado por el Ayuntamiento».


Más tarde, se contrató otro proyecto después de que se encontraran nuevos vestigios, que costó otros 100.508,20 euros. Según el Tribunal, «no se produjo ninguna nueva modificación del contrato de obras ni nuevo procedimiento de contratación para ejecutarlo». Fueron 215.180,20 euros «para la redacción de proyectos de obra que no fueron licitados».


Además, el Ayuntamiento de Zaragoza asumió 203.805,63 euros de facturas de órdenes de compra, pese a que no exigió la existencia de un contrato formalizado. Entre estas facturas figuraban 126.724 euros por el desvío de líneas telefónicas o 24.012 euros correspondientes a «informes sobre evaluaciones y adecuación de aspectos a ejecutar».