ZARAGOZA

El comercio resurge en el eje del tranvía, que incorporará 4 quioscos

Las tiendas acaban de editar la 'tranguía' y proponen actividades como un mercado de flores en la plaza de San FranciscoLas terrazas se situarán en el bulevar central, sobre las tarimas en forma de hoja: dos en Gran Vía y dos en Fernando el Católico.

La 'tranguía' es la prueba definitiva. Los comerciantes entierran el hacha de guerra y -como no les queda otra-intentan que el tranvía juegue (o viaje) a su favor. La Asociación Comercial del Sector Fernando el Católico acaba de editar una publicación que restaña las heridas tras los numerosos cierres y quebrantos económicos derivados de 19 meses de vallas, ruidos, polvo y obras.


Con el Urbos 3 ya en marcha, y con su buena acogida popular (un millón de usuarios en apenas un mes), comienzan a surgir nuevos negocios en el eje tranviario (como una nueva tienda de deportes de aventura en Fernando el Católico, 18) y los comercios supervivientes hablan de una «leve y tímida mejoría» de ventas.

«Hemos editado cientos de 'tranguías' que se entregan en los comercios de la zona», explica César Muñío, presidente de una asociación comercial, que también plantea otras acciones de dinamización (todo el año y no solo en las fiestas del Pilar) como concursos, sorteos de viajes y premios a la fidelidad de la clientela. Más insólita es la propuesta de montar un mercado de flores en la plaza de San Francisco o de procurar alguna ruta gastronómica por la zona, «dado que uno de los puntos fuertes de Fernando el Católico y Gran Vía son los establecimientos de hostelería», añade Muñío, también responsable de la Librería París.

Miguel Ángel Martínez, de los comerciantes del sector Lagasca-Gran Vía, reconoce que sí se ha recuperado el flujo de gente pero asegura que las ventas siguen reducidas al mínimo. «Creo que estamos en el peor momento de la crisis para el comercio minorista. Ahora en Gran Vía hay mucho más público que antes, pero curioseando y paseando, sin decidirse a comprar», confiesa.

La bienvenida

La pasada semana la Asociación de Comercio y Servicios del Actur comenzó una campaña para dar la bienvenida al tranvía que, bajo el lema 'Nos gusta verte pasar', cuelga decenas de carteles de apoyo al Urbos 3. Ángeles Pelegay, presidenta de los comerciantes del Actur, explica que sus previsiones indican que las ventas después de la implantación tranviaria crecerán un 30%, dado que facilitará la llegada de potenciales clientes.

Otras asociaciones de comerciantes, sin embargo, no han acogido con el mismo entusiasmo la llegada del tranvía y, de hecho, la gran piedra de toque de la segunda fase es la oposición central de los minoristas del Casco Histórico. Otra sonada campaña en el centro de la ciudad muestran carteles de un corazón con el lema 'Que no lo atraviese' y, de hecho, un informe presentado por la Federación de Empresarios del Comercio (Ecos) arroja unos datos espeluznantes. Según el estudio, las pérdidas han sido de 23,3 millones de euros en la zona directamente afectada por las zanjas y ha causado el cierre de 26 establecimientos y la pérdida de 147 puestos de trabajo.

Es difícil, sin embargo, atribuir tan nefastos datos en exclusiva al tranvía, teniendo en cuenta la actual coyuntura de crisis económica y, en el sector de la hostelería, el 'daño' derivado de la ley antitabaco. Los que no sufrirán las consecuencias de la nueva legislación serán los cuatro nuevos quioscos que, en pocos meses, se situarán sobre las tarimas de madera con forma de hoja dispuestas en Gran Vía y Fernando el Católico. Actualmente se encuentran en pleno proceso de adjudicación y la semana próxima se reunirá la mesa de contratación para estudiar las ofertas se han presentado.

Cuestión de visibilidad

Los quioscos se situarán en el bulevar central de ambas avenidas que, gracias a su continuidad peatonal, ha sido literalmente invadido por los viandantes. Este cambio de hábitos puede jugar en contra de las compras espontáneas porque los escaparates se ven a más distancia y hay que cruzar la calzada para alcanzar las tiendas. Sin embargo, muchos comerciantes aseguran que sus establecimientos tienen más visibilidad desde el tranvía -por sus amplios ventanales- que desde los autobuses.

«Ahora hay un paseo donde antes había ruido, tráfico y contaminación», continúa Muñío, convencido de que el tranvía favorece al pequeño comercio y seguro de que «los más perjudicados por el nuevo medio de transporte serán las grandes superficies de la periferia». En el Ayuntamiento también avalan la tesis y echan mano del ejemplo de Burdeos, donde los diferentes distritos reclaman al Consistorio que lleve las líneas del tranvía por sus calles.

Los nuevos 'sufridores'

Así, mientras aún se solventan algunos problemas como la escasez de taxis o la ausencia de zonas de carga y descarga, los comerciantes se solidarizan con los nuevos grandes 'sufridores' que son, ahora, las tiendas en el cruce de Goya, donde las obras esta vez de la estación de Cercanías se prolongarán -al menos- hasta enero de 2012.