TURISMO

El Arrabal presume de patrimonio en la primera guía de un barrio

Se han impreso 12.500 folletos que comentan más de 30 hitos y proponen cuatro itinerarios.

La guía incluye información sobre la historia y las leyendas del barrio.
El Arrabal presume de patrimonio en la primera guía de un barrio

En el siglo IX, la ciudad necesita crecer y rompe sus murallas. Así, comienza a extenderse por la margen izquierda, donde recalan los curtidores de pieles, los gremios que trabajaban con lanas -su desagradable olor provocaron su 'exilio'- o las leproserías. «Todo lo que molestaba o no gustaba se lleva a los arrabales», comentaba ayer Rafael Tejedor, presidente de la Asociación de Vecinos Tío Jorge, que -sin embargo- demostraba que siglos después esa desventaja se había vuelto en virtud porque «el Casco Histórico no acaba en el puente de Piedra sino que continúa en la margen izquierda, donde no entraron los especuladores del siglo XVIII y se mantiene la fisonomía auténtica del entramado urbano antiguo».


Así lo refleja la guía turística del Arrabal -la primera que edita un barrio- y que recoge información sobre la historia y los principales puntos urbanísticos del distrito. Hasta 30 hitos se retratan en la guía, que descubre -por ejemplo- que existe un museo taurino en la calle de Blas Ubide o que el parque del Tío Jorge surgió tras la desecación de las antiguas Balsas del Ebro Viejo. La Casa Solans, la fábrica de Galletas Patria, el callejón de Lucas o el escudo de Broqueleros de la calle de Villacampa son también objeto de atención de los folletos que han editado conjuntamente de la entidad vecinal, la Junta de Distrito y la sociedad Zaragoza Vivienda.


La guía, de la que se han impreso 12.500 copias, propone cuatro itinerarios a pie para conocer otras tantas caras diferentes del barrio. El Arrabal natural explora el pasado agrícola de la zona y profundiza en la riqueza arbórea de sus parques. La vertiente histórica descubre cómo el rey Alfonso I el Batallador preparó desde el Arrabal, allá por 1118, la reconquista de Zaragoza o cómo fue Jaime I el Conquistador quien ordenó en 1224 que se fundara el convento de San Lázaro. El Arrabal Industrial, por su parte, recuerda que en 1861 llegó el ferrocarril a la Estación del Norte, donde gracias a la presencia de acequias de riego decidieron establecerse importantes industrias harineras y azucareras que aún hoy mantienen el legado modernista y neomudéjar de sus fachadas.


El cuarto recorrido es el que combina todos los anteriores -se estima que 'el Arrabal en conjunto' podría llevar dos horas de visita- y ahonda también en mitos y leyendas que a bien conocen los vecinos del barrio como la de Santo Dominguito de Val o la que cuenta que la sima del pozo de San Lázaro no tiene fin y traga todo lo que cae a su alrededor. Así, se supone que allí se arrojaban los cuerpos de los leprosos muertos y, también, fue escenario de la trágica historia de dos amantes que, uniendo sus muñecas con un cachirulo, se lanzaron al río.


El Ebro como cicatriz


Por su parte, la presidenta de distrito Lola Ranera consideró que existe un antes y un después de 2008 en el Arrabal. El año de la Expo fue el año en el que el barrio dejó de ser «la trasera olvidada de Zaragoza» y se incorporó a la oferta de la ciudad con las riberas, el Balcón de San Lázaro, el Centro Cívico de la Estación del Norte, Zaragoza Activa en la Azucarera o, incluso, la incorporación de la margen izquierda al Mercado Medieval que hoy comienza. «El Ebro dejó de ser una frontera y una cicatriz, y el puente de Piedra se convirtió en el eje central de la ciudad», dijo Ranera.


La guía -que en breve tendrá su versión en braille- puede conseguirse gratuitamente en las instalaciones de la Junta de Distrito (calle de Perdiguera, 7), en la sede de la asociación de vecinos (Pano y Ruata, 9-11) y en las diferentes oficinas de Zaragoza Turismo. Además, también puede descargarse sin coste alguno en la web www.vecinosarrabal.com.