ZARAGOZA

Desalojado el Panishop de César Augusto por daños en la estructura del edificio

Desde este lunes el edificio de la calle César Augusto 68 se encuentra desalojado en su totalidad con el desmantelamiento del último local comercial que funcionaba en el inmueble.

Desalojo de Panishop de Cérsar Augusto 68, último local en funcionamiento del inmueble.
Desalojado el Panishop de César Augusto
P.R. D

Tras el cierre de la emblemática tienda de Caramelos Alcaine, le toca ahora bajar la persiana al Panishop de la avenida César Augusto, número 68, por lo menos hasta la reparación de una rotura en el forjado de la primera planta del edificio detectada por los técnicos del Ayuntamiento durante una inspección. Por seguridad, las autoridades han procedido al desalojo del único establecimiento en funcionamiento que quedaba en el edificio.


El céntrico inmueble, en el que se encontraban ambos locales, está apuntalado y en estado de abandono desde hace años. Fuentes del Consistorio explican que «el edificio no está en ruinas», por lo que la propietaria está obligada a mantener en condiciones óptimas el inmueble.


Tras la localización de la fisura en la estructura del edificio, las autoridades desalojaron el último local en funcionamiento del edificio, el Panishop de Cesar Augusto. «El pasado jueves a las 18.00 nos notificaban el desalojo del edificio», explica Mario Moreno, director de la franquicia Panishop en Zaragoza, quién destaca que han tenido que abandonar el local «a toda velocidad y con urgencia».


Aunque este inmueble está catalogado por el Ayuntamiento de Zaragoza como edificio de interés ambiental, «la propietaria ha pasado por completo del asunto, se ha desentendido y por eso está en ruinas» se resigna Moreno. El director de la franquicia destaca que hasta este lunes no les han permitido «sacar la maquinaria» y que cerca del «60 % de los bienes» se quedarán en el local.

Más de diez años y ocho empleados

El Panishop de César Augusto tiene una plantilla de ocho empleados que serán «reubicados» en otros establecimientos de la franquicia en la ciudad porque «formar un equipo vale mucho» subraya el director Mario Moreno, que destaca además que «la urgencia del desalojo les ha cogido por sorpresa».


La tienda comenzó a funcionar a finales de la década de los noventa y en el edificio «no había nadie, simplemente se hacía el mantenimiento y se ponían cubiertas para el agua porque cuando llovía fuerte había goteras» explica Moreno. En la actualidad el inmueble «no tiene ningún tipo de conservación» según el director de la franquicia.


Este lunes una patrulla de la Policía Local de Zaragoza y una dotación de bomberos custodiaban el desalojo del último local comercial operativo hasta la fecha en el edificio y los operarios se afanaban en desmontar el establecimiento, «hasta hoy no nos han permitido sacar las cosas» comenta Moreno.