El fiscal solicita un año y nueve meses de prisión por un delito continuado de falsificación y otros tres meses por estafa para un hombre que presuntamente libró letras de cambio y pagarés contra empresas y asociaciones aparentando una relación comercial con las mismas que nunca existió. El ministerio público considera que para llevar a cabo la trama urdida y dar mayor apariencia de veracidad a los documentos, el acusado, Jesús Joaquín A. L., encargó diversos tampones de caucho con los logotipos de las entidades a las que presuntamente estafó. Luego hacía una firma en el hueco del «acepto» y estampaba los sellos en los documentos mercantiles. Después, los entregaba en la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Navarra, donde tenía una línea de descuento concedida.

Así, entre junio de 2006 y enero de 2007, libró dos letras contra la Federación Española de Baloncesto por valor de 5.698 euros; nueve contra el Centro Veterinario de Fuentes de Ebro, por un importe total de 15.260 euros; una letra contra Jamarcar Logística Internacional por 2.896 euros y, por último, seis pagarés por un importe de 16.030 euros contra la cuenta que él tenia abierta a su nombre en una sucursal de la Caixa. En todos ellos estampó un sello a nombre de la Asociación de Antiguos Alumnos de Jesuitas -Colegios El Salvador y Jesús María El Salvador- y unas firmas simulando ser las de sus respectivos responsables.

El valor de todos los efectos mercantiles librados asciende a 39.886,08 euros. Esta cantidad le fue anticipada por la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Navarra, en el convencimiento de que eran buenos y correspondían a relaciones comerciales auténticas. La caja resultó perjudicada por el importe mencionado, aunque en el juicio no reclama nada porque Jesús Joaquín A. L. ya pagó todo. Por este motivo, el fiscal, que le acusa de un delito continuado de falsificación de documentos mercantiles y otro de estafa, entiende que concurre la atenuante muy cualificada de reparación del daño.

Por su parte, la abogada defensora de Jesús Joaquín A., Carmen Díaz Vega, solicita la absolución de su cliente porque considera que los hechos no sucedieron tal y como los expone el fiscal.