TRIBUNALES

Condenan a prisión a una mujer por mentir ante el juez en un caso de malos tratos

El magistrado le impone un año y 4 meses de cárcel, la misma pena que a su padre y una amiga que testificaron contra su ex pareja.

Las denuncias falsas por casos de malos tratos suponen una mínima parte de las miles que se presentan cada año en los tribunales. Pero, además, quienes las intentan 'colar' no quedan impunes, como acaba de demostrar la sentencia dictada por un juzgado de la capital aragonesa.


El titular del Penal número dos ha condenado a una zaragozana que acusó a su ex pareja de haberla amenazado con matarla. En la comisión del falso testimonio le acompañó su padre y una amiga, que también han sido castigados con la misma pena que ella: un año y cuatro meses de cárcel. La mujer deberá pagar, además, una multa de 2.700 euros como autora de un delito de acusación y denuncia falsa. Y, entre los tres, tendrán que indemnizar de forma solidaria al hombre con 600 euros por el daño moral que le han causado.


La sentencia considera probado que el 5 de diciembre de 2008, sobre las 14.15, el entonces marido de Ana María R. R. acudió al domicilio de esta para recoger sus enseres personales por orden judicial. Como había sido denunciado por malos tratos y había sido condenado unos días antes a tres meses de prisión por un delito de amenazas leves y una multa por una falta de injurias, el hombre fue acompañado por dos agentes de la Policía Nacional.


En la casa estaban en ese momento Eusebio R. H., padre de Ana María, y María Dolores N. V., amiga de esta. Tras entregarle algunas cosas, el entonces marido comentó que le faltaban un ordenador y otros objetos. Al contestarle que no se los daban, el hombre dijo a viva voz: «Pienso denunciarla por apropiación indebida y por robo y, por esta denuncia, espero que vaya a la cárcel». El trámite terminó sin más incidentes, según relata la sentencia.


Sin embargo, apenas una hora más tarde, Ana María R. R. se presentó en la comisaría de San José y «con conocimiento de estar faltando claramente a la verdad -afirma el juez- y de las consecuencias procesales que ello iba a suponer», denunció que durante la recogida de los enseres, su marido había comenzado a gritar frases como: «La voy a meter a la cárcel. A esta la mato», todo esto, según precisó en la denuncia, delante de los dos policías y de los otros dos acusados. La mujer compareció dos meses después ante el juez y ratificó su denuncia policial. En marzo, su padre y su amiga declararon lo mismo, aunque con distintas palabras.


Su ex marido fue interrogado como imputado el 13 de mayo de 2009 y seis días más tarde el Juzgado de Violencia contra la Mujer sobreseyó provisionalmente las diligencias gracias, fundamentalmente, a la declaración de los policías. Estos dijeron que en ningún momento ni en su presencia el imputado había amenazado de muerte a su entonces esposa.


Entonces ella, acusada por el letrado Rafael Ariza, fue denunciada por acusación falsa y por falso testimonio, algo que el titular del Penal número 2 considera totalmente probado. La sentencia resalta que los acusados mintieron a sabiendas y que, a pesar de ser un incidente muy corto, no fueron totalmente coincidentes en sus declaraciones. Recuerda que los acusados insinuaron que los policías estaban despistados, pero tampoco da crédito a sus afirmaciones y le dice que: «No es posible creer que en el contexto social actual de decidida lucha contra las conductas de violencia machista oyeran una forma verbal de la palabra "matar", fuese directa o indirecta (...) y que no actuaran de forma alguna (...)».


Durante el juicio, los dos agentes desmintieron varias veces que oyeran amenazas de muerte y que, si las hubiera pronunciado, lo habrían detenido de inmediato.