ZARAGOZA

"El acceso al Paseo Rosales está restringido a vehículos particulares, pero nadie lo respeta"

Los dueños del Centro de Día la Cadiera están "hartos" de denunciar esta situación ante la Policía Local.

Entrada al Centro de Día La Cadiera en el paseo de Rosales
"El acceso al Paseo Rosales está restringido a vehículos particulares, pero nadie lo respeta"
T. M.

"Estamos más que hartos de que aparquen los coches donde les da la gana, sin respetar las señales de prohibición". Así de indignada se siente Pilar Domínguez, directora del Centro de Día La Cadiera, ubicado en el Paseo Rosales, 30, de Zaragoza. Una calle que restringe el paso a vehículos, tal y como dice la señal de tráfico al principio de la vía, a excepción de los usuarios de dicha residencia, de las Urgencias del 061 -local que se encuentra al lado de la residencia-, taxis y carga y descarga, de 6.00 a 11.00.


"Nadie respeta la señal y a nosotros nos perjudica a diario. Pagamos una tasa para poder entrar con nuestra furgoneta hasta la parte trasera del centro de día, en la calle de Uncastillo, ya que tenemos servicio a domicilio y necesitamos llegar hasta la misma puerta porque nuestros usuarios son personas con movilidad reducida", explica Jesús Vázquez Romero, marido de Pilar.


"Sobre todo por las mañanas esta zona es un ir y venir de vehículos particulares que no hacen más que taponarnos el paso. Y ya estamos cansados de tener que llamar a la Policía”, argumenta Vázquez. "Es cierto que vienen e intentan poner un poco de orden, pero mientras tanto a nosotros nos bloquean las salidas y eso nos supone un gran retraso en nuestro trabajo”, insiste Jesús Vázquez.

No hay aparcamientos suficientes

Y es que, además, justo enfrente del centro La Cadiera hay un edificio del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS). "Ahí para todo el mundo, incluso a sabiendas de que no se puede pasar por aquí. Sabemos que forma parte del civismo de la gente, pero ¿qué tenemos que hacer entonces? Nosotros sin poder aparcar en nuestra plaza pagamos por un permiso para poder hacerlo, y quienes no pagan son los que estacionan”, dice Pilar Domínguez.


Es el caso de Carlos D. J., que confiesa saber que no puede dejar el coche en la puerta del IASS, pero que no le "queda remedio”, porque el aparcamiento del Parque Miraflores –lugar por el que se accede al Paseo Rosales- "está siempre lleno”. "Lo hace todo el mundo y a veces hay tantos coches que ni siquiera puedes parar en doble fila”, cuenta el zaragozano.


Por su parte, desde el Ayuntamiento dicen que "es cierto que la regulación de tráfico a vehículos particulares existe y que si los usuarios tienen problemas para aparcar porque cuando llegan sus plazas están ocupadas es razonable que llamen a la Policía Local para que les ayude”, explican desde el Consistorio. "No obstante –aseguran fuentes municipales- los agentes también pasan por la zona, aunque no hayan sido avisados por ningún particular y actúan en función de las situaciones que ven”.