SAN JULIÁN

Reparan los vidrios reventados del ascensor de San Julián mientras aparecen nuevos destrozos

Una barandilla metálica apareció arrancada ayer cerca del lugar donde los vándalos rompieron dos cristales el miércoles.

Tres operarios reponen los cristales reforzados que fueron derribados a patadas el pasado miércoles.
Reparan los vidrios reventados del ascensor de San Julián mientras aparecen nuevos destrozos
R. V.

Los desperfectos causados la madrugada del pasado miércoles por actos vandálicos en el ascensor que conecta los barrios de San Julián y Centro Histórico de Teruel están ya reparados. Sin embargo, las advertencias municipales de mano dura con los autores de este tipo de atentados contra el equipamiento municipal y la indignación vecinal no amedrentaron a los gamberros, que ayer por la tarde arrancaron varios metros de la barandilla metálica en la rampa de acceso superior. La reposición de las lunas rotas el día 12, que costará más de 1.000 euros, obligó a parar una de las dos cabinas del elevador durante tres horas y media.


El teniente de alcalde y concejal delegado de la Policía Local, José Miguel Hernando, no pudo ocultar su indignación al conocer el nuevo acto vandálico registrado en el ascensor, que entró en servicio hace poco más de dos semanas y ni siquiera ha sido inaugurado oficialmente. Hernando señaló que el nuevo incidente es un argumento más para instalar cámaras de seguridad que permitan vigilar el elevador y su entorno, una zona muy propensa al botellón durante los fines de semana y vísperas de festivos.


El Ayuntamiento ya solicitó la instalación de cámaras antes de que terminarán las obras del ascensor pero la petición fue rechazada por la Comisión de Garantías de Videovigilancia, dependiente de la Delegación del Gobierno. Contaba con un informe negativo de la Policía Nacional por la posible interferencia con la privacidad de los vecinos de casas colindantes.


La reparación obligó a suspender la actividad de una de las dos cabinas de 15.30 a 19.00. Un representante de la empresa encargada del mantenimiento de la instalación, Otis, que ayer visitó el lugar comentó que entre las 13.00 y 15.00, a plena luz del día, alguien que salía de su trabajo o de algún centro educativo rompió la barandilla en la rampa de entrada.


El técnico de Otis José Lozano consideró imprescindible la instalación de un sistema de videovigilancia para evitar que los destrozos se repitan. Recordó que la empresa constructora de la infraestructura, Acciona, montó cámaras de seguridad para supervisar las obras, aunque al concluir estas las tuvo que retirar. Lozano señaló que un lugar frecuentado por decenas de pandillas que hacen botellón precisa de un sistema permanente de vigilancia para evitar incidentes como los ocurridos en la última semana.


Destrozos en los accesos


El último destrozo se ha producido en el arranque de la rampa que comunica la explanada de la estación de autobuses con la torre-ascensor. Varios metros del pasamanos metálico fueron arrancados y quedaron tirados por el suelo. A pocos metros de este punto, en la misma barandilla, se produjo uno de los actos vandálicos del pasado miércoles, cuando un autor o autores que no han podido ser identificados arrancaron a patadas dos paneles de vidrio reforzado. Cerca de la base de la torre-ascensor, se produjo, también en la madrugada del día 12, otro destrozo, cuando alguien rompió a pedradas o botellazos un vidrio integrado en la pared de la caja de ascensores. Fue la reposición de esta pieza la que obligó paralizar el funcionamiento de una cabina.


Los actos vandálicos han provocado indignación vecinal en San Julián, un barrio que reivindicó el ascensor durante años. El presidente de la asociación de vecinos, José Polo, reclamó el máximo castigo para los autores si son identificados, una posibilidad muy remota.


Las reparaciones deberán ser asumidas por el Ayuntamiento, que no recibió formalmente la obra hasta el pasado jueves. El acto de inauguración oficial se celebrará el próximo martes con la participación de representantes del Gobierno aragonés, que financió la totalidad de la inversión, cifrada en 1,5 millones de euros.