Quejas por los derrumbes de la iglesia de Híjar

El Ayuntamiento se ofreció ayer a adelantar el pago completo del arreglo del templo, cerrado desde 2007.

Un vecino señala el muro de la iglesia que provoca los desprendimientos.
Quejas por los derrumbes de la iglesia de Híjar
BEATRIZ SEVERINO

El mal estado de la iglesia de Híjar, cerrada por problemas en la estructura desde 2007, afecta ya a las casas adyacentes. Esta semana, de intensas lluvias, varios vecinos han visto como enormes pedruscos caían a sus patios y tejados de manera peligrosa. Afortunadamente, no ha habido que lamentar daños personales. Cabe recordar que la mejora de este edificio, declarado Bien de Interés Cultural, depende en un 80% de la DGA, y el 20% restante del Arzobispado de Zaragoza y el Ayuntamiento.


Ante la gravedad de la situación, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Híjar envió ayer una propuesta al Gobierno de Aragón en la que se ofrece a adelantar el dinero. El coste de la obra se ha estimado en 740.653 euros. La propuesta es que la DGA devuelva su parte al ejecutivo local en tres anualidades. Proponen que la DGA aporte 197.507 euros a las arcas municipales cada año (2012, 2013 y 2014). «No hemos tenido constancia del problema de estos vecinos hasta febrero. Si la DGA acepta este convenio, que ya se utilizó para la construcción del instituto, los trabajos se adelantarán un año», indicó el alcalde, Luis Carlos Marquesán.


Las quejas se intensificaron en Facebook y en el blog eshijar.blogspot.com hace dos días. Desde entonces, los vecinos han repartido hojas para recoger firmas en establecimientos, mientras el debate sigue en la calle y las redes sociales, donde incluso se han planteado movilizaciones. Algunas hablan de llevarlas a efecto en la noche de Jueves Santo. Existe un gran malestar en la localidad, epicentro de la Ruta del Tambor y el Bombo, porque están celebrando la Semana Santa en el pabellón municipal. No obstante, las cuadrillas de tamborileros y el propio Ayuntamiento descartaron manifestaciones en abril. «Es perjudicarnos a nosotros y creo que hay otras maneras y días», consideró tajante el alcalde.


La iglesia se erige sobre un cerro, y la pared que lo separa de las casas nunca ha sido restaurada. Uno de los más perjudicados, el zaragozano con ascendencia hijarana Vicente Gómez, vive en el número 12 de la calle Paradas. El patio interior de su casa recoge directamente todas las piedras que caen de la vieja pared. El último desprendimiento se lo encontró ayer mismo. «Si hubiera habido alguien en el patio se lo llevan por delante», aseguró. Compró la vivienda hace cuatro años y comenzó a rehabilitarla cuando ya detectó que había zonas peligrosas. «Han pasado tres años y es hora reivindicar», explicó.


Pasó a la acción tras las declaraciones del consejero de Obras Públicas, Alfonso Vicente, que anunció en las Cortes que «las obras comenzarán a principios de 2012». Gómez se dirigió al Arzobispado, el Ayuntamiento, la Parroquia y a los departamentos de Obras Públicas y Patrimonio de la DGA, pero no obtuvo solución. Lo que más le indigna es el peligro. «Nadie sabe si esta iglesia aguantará», dijo indignado. «Este problema viene de hace más de veinte años, y ya se avisó», apoyó otro de los vecinos afectados, José Manuel Lanuza, que comenzó con la rehabilitación de su vivienda en 1987. «Puse una malla y voy como las hormigas. En cuanto veo que hay alguna roca desprendida pongo una escalera y la quito para que no me caiga encima».