LIBROS

Las ruinas de un poblado minero

La oficina de turismo de la capital muestra desde ayer una maqueta que reproduce el poblado minero que surgió a mediados del año pasado al calor de las explotaciones de azufre. Residieron dos mil personas.

El presidente de la Comarca Comunidad de Teruel y el concejal de Turismo, ante la maqueta.
Las ruinas de un poblado minero
JORGE ESCUDERO

Solo quedan en pie los cimientos de algunas edificaciones, tres casas cueva y la ermita de Santa Bárbara. Del poblado minero que surgió a mediados del siglo pasado en las proximidades de la localidad de Libros, en la ribera del Turia, al calor de las explotaciones de azufre, tan apenas quedan vestigios. Pero una maqueta, que desde ayer se puede ver en la oficina municipal de turismo de la capital, en la plaza de los Amantes, pone de manifiesto el esplendor que tuvo en su día este enclave, en donde en el momento de mayor auge llegaron a residir 2.000 personas.


La maqueta ha sido confeccionada por la Comarca Comunidad de Teruel -en cuya demarcación territorial está adscrito Libros-, y su presidente, José Luis López, señaló que el objetivo es que «los turistas que visiten la capital puedan conocer este importante recurso del territorio comarcal».


En esta reproducción del poblado minero a escala se pueden apreciar todos los servicios de que este núcleo -más grande que muchos municipios de la provincia de Teruel- disponía. Un hospital, cuyos cimientos son los únicos que se conservan, una escuela, un cuartel de la Guardia Civil, tiendas, dependencias de sindicatos e incluso un barrio chino a las afueras del poblado, se levantaban para el uso de sus moradores.


Lo que ha aguantado las agresiones del paso del tiempo son tres de las 150 casas cueva coloristas que los mineros excavaron en la roca, así como la ermita de Santa Bárbara, también incrustada en la piedra por los propios trabajadores. Hoy en día es un lugar de peregrinaje de los vecinos en una romería que se celebra una vez al año.

 

Fósiles de ranas

Las minas de azufre de Libros, famosas sobre todo por haber encontrado paleontólogos en su subsuelo fósiles de ranas de hace unos diez millones de años que se muestran en los museos de medio mundo, comenzaron su producción en el año 1906. Una industria química zaragozana necesitaba el azufre para poder fabricar sus productos.


Desde ese año hasta 1956, las minas se mantuvieron en funcionamiento. Para seguir el ritmo de explotación necesario, se contó con la presencia de mil mineros, la mayoría de ellos procedentes de Albacete, Murcia y Andalucía, quienes, a su vez, trajeron a sus familias con ellos.


«El poblado se desmanteló a partir de 1956. Primero, la empresa se fue llevando las vigas y todos los elementos de madera de las edificaciones, y, después, los vecinos de la zona fueron reutilizando las piedras para sus construcciones ganaderas o agrícolas», señalaba una de las técnicos de turismo de la oficina municipal.


La visita a los restos del poblado minero de Libros forma parte de una red de rutas turísticas que acondicionó la Comarca Comunidad de Teruel el año pasado, así como del proyecto de desarrollo 'Dinoexperience'. El objetivo de esta última iniciativa es fomentar el turismo utilizando un recurso endógeno, como es la paleontología.


Los vestigios del poblado minero cumplen los dos requisitos, ya que los fósiles de ranas encontrados en la zona tienen relevancia internacional.


López explicó que en el plazo de quince días se señalizará esta ruta que enlazará con Riodeva, la cuna del 'Gigante europeo', el dinosaurio Turiasaurus. El concejal de Turismo del Ayuntamiento, Fernando Guillén, explicó que la instalación de la maqueta ha sido posible gracias a la participación del Consistorio y de la Comarca. «Es un nuevo ejemplo de colaboración institucional con la finalidad de potenciar los recursos endógenos que tenemos». «La oficina de turismo es un importante escaparate por donde pasan más de 100.000 personas al año».