medio ambiente

Fiesta de la naturaleza en el Cañizar

Colectivos naturalistas, culturales y ornitólogos se dieron cita ayer, con motivo del Día del Medio Ambiente, en la laguna situada en los términos de Villarquemado y Cella. El humedal, que fue recuperado hace tres años, es el segundo más extenso de España.

Los participantes recorrieron los senderos.
Fiesta de la naturaleza en el Cañizar
JORGE ESCUDERO

Los primeros que llegaron ayer al observatorio de la laguna del Cañizar, el extenso humedal de 380 hectáreas de agua situado en los términos de Villarquemado y Cella, pudieron escuchar el sonido del avetoro, una zancuda que ha regresado a los carrizos del acuífero turolense, donde anidaba antes de ser desecado hace tres siglos. El suave mugido que emite -de ahí el nombre con el que se le conoce- se puede oír a gran distancia, en un radio de 4 o 5 kilómetros a la redonda.

 

La presencia latente de esta ave fue una más de las muchas sorpresas que mostró la laguna a los que celebraron el Día Mundial del Medio Ambiente en este enclave recuperado hace tres años. Colectivos ecologistas, asociaciones culturales y de discapacitados, así como expertos ornitólogos disfrutaron durante toda la jornada de actividades y visitas guiadas desarrolladas en torno al humedal.

 

Los discapacitados físicos pudieron penetrar sin demasiadas dificultades en la naturaleza del Cañizar. «No es perfecta, porque estamos hablando de un entorno natural. Es imposible evitar que haya barro, por ejemplo. Pero la laguna figura en una guía nacional como uno de los tres lugares de la provincia con mejor accesibilidad», explicaba Nicolás Ferrer, director del Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre (CROA), entidad colaboradora con la Fundación que gestiona el humedal.

 

Los participantes en esta gran fiesta del medio ambiente disfrutaron con los talleres de anillamiento de aves y con la construcción de refugios para murciélagos, un depredador natural, del que se han identificado hasta cinco especies diferentes y que controla la presencia de mosquitos en la zona. Y los ornitólogos tuvieron la posibilidad de ver algunos de los ejemplares más singulares que anidan en la laguna. Con la ayuda de prismáticos, incluso de un catalejo, las visitas guiadas se convirtieron en amenas clases de ciencias al aire libre.

Paso migratorio

El ornitólogo José Miguel Pueyo destacaba la laguna como un importante paso migratorio de las aves, en la que en tan solo tres años se han identificado hasta 200 variedades diferentes, algunas de ellas singulares y definidas en el catálogo de especies amenazadas, como el avetoro o la garcilla cangrejera. «Todos los tipos de garza que hay en la Península Ibérica están representados en el Cañizar», explicaba el experto. «Creo -agregaba- que se va a convertir en uno de los espacios más importantes en cuanto a variedad de aves».

 

Pueyo señalaba que hace dos semanas se pudo observar a una pareja de cernícalos patirrojos, «una especie que cría en el Este de Europa y que es muy difícil de ver por aquí».

 

Para el director de la Fundación Laguna del Cañizar, José Carlos Rubio, el humedal turolense -el segundo más extenso de España-, comienza a hacerse un hueco en las redes internacionales científicas. De hecho, recientemente participó en un congreso internacional sobre grullas celebrado en Stralsund (Alemania), donde expuso el proyecto de la laguna, rescatada tras más de tres siglos desecada por la acción del hombre.

 

La climatología acompañó durante toda la jornada. Fue posible degustar la paella preparada en el área de recreo del Caracol y recorrer el perímetro de la laguna a través de los senderos habilitados para tal fin. Una charla sobre los valores medioambientales de este hábitat puso punto final al programa de actividades.

Búfalos y caballos

José Carlos Rubio habló sobre los planes futuros, dentro de los que no figura la ampliación del humedal. «No sabemos cómo va a evolucionar -señalaba el director de la Fundación-, porque ahora su superficie ocupa un tercio de lo que fue en sus orígenes».

 

La actuación más inmediata será el traslado desde un parque de Gerona de un centenar de búfalos de agua -bóvidos negros adaptados a este medio- y de caballos de la región francesa de la Camarga. La presencia de estos animales contribuirá al control natural de la vegetación a través del pastoreo. Se pretende, asimismo, poteciar los espacios para uso público en Cella, con la construcción de un observatorio, un embarcadero y una red de senderos, que podrían estar operativos en 2012.