La Sociedad de Ciencias Aranzadi inició ayer las prospecciones en Rubielos de Mora en busca de las dos fosas comunes en las que fueron enterrados, en 1938, 46 soldados de la republicana Brigada 84, ejecutados por orden de sus mandos a raíz de su negativa a reincorporarse al frente de Teruel. Unos días antes habían participado en la conquista de la capital turolense para el Gobierno de la II República. Los primeros trabajos no aportaron indicios significativos de la presencia de los enterramientos -solo aparecieron algunos proyectiles-. Esta fase de la investigación se prolongará, previsiblemente, hasta mañana domingo. Si, finalmente, la investigación localiza las fosas, la excavación continuaría durante, al menos, toda al semana que viene con más personal para completar las exhumaciones. El proyecto ha sido promovido por la asociación de familiares de los soldados ejecutados, entre quienes figuraban hombres procedentes de Teruel, Castellón y Valencia, entre otras provincias.

La búsqueda de las fosas se basa en la investigación realizada previamente sobre el terreno mediante georradar y también en testimonios personales. Luis Avial, técnico de georradar que participó en los trabajos preliminares y que colabora en la búsqueda de los enterramientos, explicó que el trabajo se ve dificultado por lo quebrado del terreno, que, además, está en parte cubierto de bosques y de cultivos que han alterado el aspecto que la zona tenía hace 73 años. Avial advirtió, no obstante, de que será muy «complicado» localizar los restos.

Uno de los testimonios fundamentales para acometer la excavación es el de una mujer que, cuando solo tenía 8 años, vio personalmente como se enterraban los cuerpos de los soldados represaliados.

El sangriento castigo que sufrió la Brigada 84 por negarse a regresar al frente de Teruel -la orden incumplía el compromiso de los mandos de dar a los soldados unos días de permiso- fue reconstruido por el escritor y periodista Pedro Corral en el libro 'Si me quieres escribir'.

El investigador reconstruye en su obra tanto la toma de la ciudad por las tropas de la II República en el invierno de 1937 a 1938, cuando la Brigada 84 jugó un papel destacado, como su traslado a la retaguardia en Rubielos de Mora y la dura represalia que padecieron sus componentes al no aceptar la vuelta a los combates para evitar la caída de la capital turolense en manos franquistas.

Los familiares de los fallecidos, agrupados en una asociación, cuentan con el apoyo económico de la Presidencia del Gobierno para exhumar los cadáveres de los militares. Los trabajos corren a cargo de la Sociedad Aranzadi, que, de momento, ha desplazado hasta Rubielos a 3 arqueólogos, 2 técnicos y al forense Francisco Echevarría, experto mundial en la exhumación de fosas comunes.