PATRIMONIO

Arcos quiere recuperar las antiguas salinas, declaradas BIC, como recurso turístico

El conjunto industrial es de origen islámico y uno de los más completos de su tipología que aún se conservan.

El alcalde de Arcos muestra los restos de los tablares de las salinas.
Arcos quiere recuperar las antiguas salinas, declaradas BIC, como recurso turístico
ANTONIO GARCíA

Recuperar las antiguas salinas, unas estructuras industriales declaradas el año pasado por la DGA Bien de Interés Cultural (BIC), y proceder a su acondicionamiento para usos turísticos. Estos son los retos más inmediatos del Ayuntamiento de Arcos con el objetivo de dinamizar la economía local. Para lograr este propósito, la Corporación Municipal planea constituir una fundación con la participación «de importantes patronos», adelantó el alcalde, José Luis Albir. A finales de agosto se convocará una primera reunión, a la cual el primer edil tiene previsto invitar al reconocido turolense Manuel Pizarro, un hombre muy ligado a su tierra.


Albir está convencido de que el interés etnográfico de las salinas, de las que se conservan buena parte de sus estructuras industriales y edificios señoriales, «incentivará el turismo». A su juicio, la recuperación de estas instalaciones podría ser un complemento de Galáctica, el centro de observaciones astronómicas que se proyecta ubicar en la localidad.


Una historia de más 700 años


Las salinas, que han funcionado ininterrumpidamente en la localidad durante más de setecientos años, ocupan una extensión de 19.000 metros cuadrados. En la actualidad todavía es posible apreciar ocho tablares -piletas donde cristalizaba la sal-, acondicionadas en el lecho de un barranco, a un kilómetro del casco urbano.


A pocos metros, se distingue un conjunto de edificaciones vinculadas a la explotación de la sal y viviendas de sus diferentes propietarios. De todas las construcciones, sobresalen por sus valores artísticos la casona señorial y la ermita del Salinar o de la Virgen de los Dolores, del siglo XVIII.


Esta última presenta un aceptable estado de conservación, pero no así la vivienda y la noria, cuya cubierta se destejó, lo que aceleró su proceso de deterioro. También se mantiene en mal estado el alfolí o almacén que se utilizaba para guardar la sal.


La historiadora y redactora del informe que permitió la declaración de las salinas como BIC, Cristina Albir, señaló que estas estructuras industriales son las de mayor valor antropológico de la provincia de Teruel y unas de las ocho más importantes de la España de interior.


Su origen podría ser islámico, ya que los documentos más antiguos sobre este recinto se remonta al reinado de Jaime I el Conquistador, monarca que se reservó su propiedad tras la conquista musulmana en esta tierra, durante el siglo XIII. No obstante, se especula con la posibilidad de que los primeros vestigios de la explotación de sal en esta zona se sitúen en la edad antigua.


Cristina Albir afirma que las salinas pasaron a formar parte del patrimonio real, y «funcionaban como arriendos, obligando a algunos municipios a adquirir la sal en Arcos». Entre los hechos históricos curiosos, existe constancia documental de que el rey Jaime I visitó la instalaciones en el año 1259.


El deterioro


Tras pasar por diferentes manos desde que el monopolio real se extingue, en 1869, las salinas de Arcos estuvieron en funcionamiento hasta el siglo pasado. Las instalaciones constituían una importante fuente de ingresos para la localidad, ya que, además del personal de mantenimiento, permitían contratar temporeros en los meses de verano, fechas en las que se llevaba a cabo la producción salina. La explotación de las salinas fue posible debido a la presencia en el lugar de un acuífero de agua salada. Su último propietario, una familia de la localidad, se vio obligado a clausurar la industria en 1982 ante la falta de rentabilidad.


La historiadora admite la existencia en la península de salinas de mayores proporciones, pero sostiene que la importancia de las de Arcos radica en la conservación de un conjunto industrial «muy completo». Para acometer el proyecto de recuperación, además del factor económico, el Ayuntamiento de Arcos se tendrá que enfrentar a la propiedad del recinto, en estos momentos todavía en manos privadas.