Albarracín recupera un tramo de muralla oculto durante 30 años por la vegetación

El Centro de Restauración de la Fundación Santa María de Albarracín ha puesto en marcha las obras para recuperar un tramo de la muralla medieval localizado en la parte más alta de la ciudad, concretamente, en el límite del aparcamiento para turismos acondicionado en la explanada de la Torre de Doña Blanca.

El lienzo, muy degradado, se encontraba hasta ahora oculto por la vegetación. A principios de la década de los 80 del siglo pasado, en un afán por embellecer la ciudad, se plantaron sobre los escombros que cubrían el muro acacias y aligustre, plantas que contribuyeron a su deterioro y eliminaron su visibilidad.

El gerente de la Fundación Santa María, Antonio Jiménez, explicó que en aquella época no se valoró adecuadamente la importancia de aquellas paredes de piedra que constituían la muralla medieval de Albarracín y se optó por llevar a cabo unas determinadas prácticas «que chocaban con la conservación del patrimonio del municipio tal y como se entiende en la actualidad».

Jiménez afirmó que los alcaldes de los años 80 del siglo XX «estaban muy preocupados por el adecentamiento y lucimiento de las ciudades, entre ellas Albarracín, si bien con unos criterios que hoy en día no se sostienen».

La muralla ha perdido una de sus dos caras vistas, dejando a la luz la acumulación de tierra con que se rellenó el muro medieval en sus orígenes. A los pies de esta construcción se encuentra una gran cantidad de piedras y arena, materiales procedentes de la fortificación, que serán ahora empleados por los albañiles para restaurar la obra.

El recinto amurallado, que delimitaba la primera medina musulmana, construida en el siglo X, se apoyaba sobre un estrato rocoso que ahora permite la sujeción de los andamios desde los que trabajarán los operarios. Además de consolidar la parte que se ha conservado, el proyecto contempla el recrecimiento de la zona desaparecida, algo que será posible gracias a los datos aportados por los estudios de los arqueólogos.

En una empinada ladera

El trabajo inicial ha consistido en la limpieza del sector y el acondicionamiento de la zona para poder llevar a cabo la restauración, algo que no ha sido sencillo, pues la muralla se sitúa en una empinada ladera que cae hacia el río Guadalaviar. El tramo de muralla a rescatar no presenta el mismo grado de deterioro en todo su recorrido. El sector más próximo al museo es el más estropeado.

En la recuperación del tramo de muralla medieval, cuyas obras está previsto que se prolonguen hasta mediados del próximo mes de noviembre, se invertirán este año 90.000 euros. A lo largo de 2012 se destinará al proyecto una cantidad idéntica, lo que permitirá seguir avanzando en la restauración del recinto fortificado de Albarracín. Jiménez explicó que el objetivo es llegar a unir los lienzos más estropeados con la parte del muro más visible y mejor conservada. Por ello, el gerente de la Fundación Santa María cree necesaria la puesta en marcha de nuevas iniciativas.

Hay que recordar que hace ya algunos años se recuperó el tramo que bordea el acantilado debajo del castillo de la ciudad, con su salida hacia la plaza de la Seo. La última intervención saneó la muralla contigua a la Catedral y un tramo encajado.

La restauración es posible merced a un convenio de colaboración suscrito entre la Fundación Santa María de Albarracín y la Dirección General de Patrimonio. La Fundación, nacida en 1996, tiene como patronos al Gobierno aragonés, el Obispado de la Diócesis de Teruel y Albarracín, el Ayuntamiento de la ciudad e Ibercaja. A estas instituciones se unen cinco personas consideradas relevantes para la cultura y el patrimonio de la comarca.