TARAZONA Y EL MONCAYO

Brujas, soldados e inquisidores recorren las calles de Trasmoz

La música celta, los calatravos de Alcañiz y Os Diables D?Uerba amenizaron el día.

El inquisidor ordena la captura de las brujas ante la atenta mirada del público.
Brujas, soldados e inquisidores recorren las calles de Trasmoz
NORA BERMEJO

Las brujas y los soldados volvieron a recorrer las calles de Trasmoz en el XI Encuentro de Brujería, Magia y Plantas Medicinales, una feria que ayer consiguió, de nuevo, ser el mejor reclamo para este pequeño pueblo.


En cada edición se elige a la Bruja del Año, que se encarga de dar el pregón. «Este año es Elvira Pérez, una chica que nació en Trasmoz. Para ella ha sido un honor, porque ser reconocida Bruja del Año es como ser la Reina de las fiestas», explicó Purificación Fraca, presidenta de la asociación El Embrujo de Trasmoz, responsable de organizar el encuentro.


El grupo Lurte, con sus componentes completamente caracterizados, se encargó de animar las calles con su música celta. También destacó el campamento de los Calatravos de Alcañiz o el espectáculo de Os Diables D’Uerba. «Creo que es la feria por excelencia, el evento más importante de Trasmoz sin duda. Es fácil que hoy pasen por aquí casi 5.000 personas, hay veces que piensas que se va a hundir, porque es tan pequeño que parece imposible que entre tanta gente», dijo Fraca.


Uno de los momentos más espectaculares del encuentro es cuando los soldados capturan a las brujas y a los herejes, siguiendo las órdenes de un inquisidor. «Son todo vecinos del pueblo y no se ensaya nada, esto es improvisación pura y dura, pienso que así sale hasta más natural», aseguró Purificación Fraca.


En todos los puestos del mercadillo se podía pagar con maravedíes, la moneda oficial del encuentro. En el rincón del cambista, se podían cambiar euros por maravedíes de oro y de cobre. «Parece que volvemos como a la Edad Media y la gente se los lleva de recuerdo o como amuletos», contó Fraca.


El futuro de esta cita parece asegurado, ya que el tema se sale de lo habitual. Y más en Trasmoz, un pueblo con gran tradición de brujas y magia, donde no podía hacerse una feria de otra cosa.