Tercer Milenio

En colaboración con ITA

¿Una píldora para vivir más?

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En las últimas décadas, muchos estudios se han centrado en la búsqueda de compuestos que puedan alargar nuestra vida manteniendo o aumentando su calidad. Algunos compuestos, denominados antioxidantes, buscan proteger a las células del daño provocado por los desechos de reacciones químicas, los radicales libres. Aunque algunos se han demostrado útiles para la prevención de algunas enfermedades, como en el caso de la vitamina D y el cáncer, su capacidad para aumentar la longevidad no está nada clara, a pesar de la creencia popular.


Sin embargo, en 2008 se produjo un auténtico paso de gigante. Un extenso estudio entre varios centros de investigación, dirigido por David Harrison, miembro del prestigioso Jackson Laboratory (Estados Unidos), demostró que un producto farmacológico normalmente utilizado para evitar el rechazo en transplantes era capaz de aumentar la longevidad en ratones. Durante el experimento, se suministró este fármaco junto con la comida a ratones jóvenes (el equivalente humano a unos 30 años) que vivieron aproximadamente un 10% más que los no tratados.


Cada vez conocemos más compuestos capaces de mejorar nuestra calidad de vida y aumentar nuestra longevidad. El sueño de la fuente de la vida o la píldora de la inmortalidad tal vez sea una quimera, pero lo cierto es que los fármacos que puedan aumentar nuestra esperanza de vida en 10 o 20 años podrían estar relativamente cerca.