Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Un orden social en miniatura

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EL PUNTO FINAL

Además de monitorizar la salud física de los mineros, los psicólogos han desempeñado un papel fundamental para apuntalar su estado de ánimo. Como señaló el astronauta Jerry Linenger, famoso por su accidentada experiencia de cinco meses en la estación espacial Mir, “es muy importante determinar un punto final”. Una necesidad que corrobora Cristina Andreu, psicóloga forense del Instituto de Medicina Legal de Aragón: “Conocer cuándo va a acabar algo, en este caso, el confinamiento, es importante porque aumenta la sensación de control, aunque se dependa de otros factores para poder salir. Uno de los desencadenantes más importantes del estrés es la impredecibilidad. Eso lo saben bien los buenos dentistas, que te avisan momentos antes de que vayas a sufrir alguna molestia”.


Convertir un infierno subterráneo en un orden social en miniatura ha resultado esencial para la salud física y mental de los mineros. La organización de tareas dentro de la mina, además de sostener el orden social, ha contribuido a fijar el reloj biológico del sueño. “El hecho de no estar expuestos a los cambios de luz-oscuridad cada 24 horas altera los ciclos de sueño-vigilia y los desincroniza de otros ritmos biológicos como la temperatura corporal. Los seres humanos -recuerda la psicóloga forense- tenemos un reloj biológico, el núcleo supraquiasmático del hipotálamo, que actúa según la existencia de luz. En presencia de luz, se inhibe la producción de melatonina por la glándula pineal. En oscuridad, la producción de melatonina induce el sueño y también su sincronización con otros ritmos biológicos. La ausencia de alternancia luz-oscuridad produce un alargamiento del ciclo a más de 24 horas”.


AISLAMIENTO CRONOBIOLÓGICO

El mantenimiento de una serie de tareas, como la participación en los trabajos de desescombro, limitó los efectos de aislamiento cronobiológico producidos en ausencia de ciclos luz-oscuridad, contribuyendo a ‘normalizar’ las pautas del sueño, alimentación y actividad, directamente relacionadas con la salud, tanto física como mental. “Además -concluye Andreu- el hecho de realizar actividades les ha permitido creer que estaban participando activamente en su propio rescate. Una estrategia que aumenta la sensación de control y de vinculación con el exterior”.


En la misma línea, el médico Armando Cester destaca el importante papel jugado por el permanente contacto con el exterior. “El deterioro físico se ha minimizado por la comunicación. El estrés y la depresión desencadenan determinados neurotransmisores en el cerebro, responsables de producir un aumento en la sangre del cortisol, la hormona del estrés, y de machacar el sistema inmunológico”.