Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Saliendo del agua

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Se puede disfrutar de la belleza de los tiburones sin peligro
Se puede disfrutar de la belleza de los tiburones sin peligro
HERALDO

Solemos imaginarnos la evolución animal como una línea en la que los peces emergen del agua, evolucionan a anfibios, luego a reptiles y, finalmente, a mamíferos, con los humanos como postre. Tanto es así que a veces parece que los peces salieran del agua pensando en acabar siendo Charles Darwin o Albert Einstein. Esta mirada determinista es utilizada por aquellos que creen que un creador guió la selección natural para crear a los seres humanos a partir de organismos primitivos.


La historia de los linajes animales que nos han precedido dista mucho de ser esa línea recta que imaginamos. Por ejemplo la mayoría de los peces actuales y todos los vertebrados terrestres provenimos de un único linaje de peces. Este grupo de peces desarrolló una bolsa cerca de su estómago para, literalmente, comer aire. Estos peces posiblemente se asomarían sobre la superficie del agua a por bocanadas de oxígeno cuando sus branquias no pudieran obtener el suficiente. Curiosamente, una parte de este linaje de peces, que algunos dirían que estaba destinado a abandonar el agua, reutilizó esta bolsa como una cámara de flotación denominada vejiga natatoria.


Esta cámara de aire es precisamente lo que permite a los peces mantenerse estables a una determinada profundidad del agua sin hundirse, una estrategia que también usan los submarinos. Sin duda fue una adaptación muy útil ya que los peces que no poseen esta cámara de aire, como los tiburones y rayas, están condenados a nadar siempre para no hundirse.


Un grupo de ese antiguo linaje de peces desarrolló pulmones a partir de esa bolsa en el estómago. Quizás se adaptaron a vivir en ambientes donde el agua menguaba o empezaron a buscar comida en el exterior. No sabemos qué fue lo que ocurrió pero sí que tuvieron éxito.