¿Manchas o biología pura?
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SOSPECHAS CONFIRMADAS
Este tipo de linternas ponen de relieve, curiosamente, la fosforescencia natural del líquido seminal. La fluorescencia y fosforescencia del semen está relacionada con la presencia de los aminoácidos tirosina y triptófano, de la flavina y, en ocasiones, de la bacteria Pseudomona fluorenscens. El semen también contiene pequeñas cantidades de una molécula fluorescente llamada colina.
Sin embargo, cuando se trata de encontrar rastros de sangre, la técnica más fiable –comenzó a desarrollarse en 1937– es el luminol, una solución química extremadamente sensible. Este reactivo –derivado del ácido ftálico– provoca que, al contacto con la sangre, las partículas de hierro se vuelvan fluorescentes. Pulverizando luminol se produce quimioluminiscencia: los rastros adquieren un brillo azulado. Algo similar ocurre en la naturaleza en las reacciones de bioluminiscencia, como en el caso de las luciérnagas y diversos organismos marinos.