Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Guillermo Culell: «Internet es también un territorio por el que transitamos»

El periodismo trata de mantener el equilibrio sobre un mar digital con flujos continuos de información. Adaptándose a una noción de tiempo real sobreacelerada que da a la información un carácter efímero. Estas son para Guillermo Culell, experto en periodismo digital, algunas de las claves de la revolución que nos sacude y estimula. Para él, lo virtual es radicalmente real. Y, ante una audiencia renovada, «la calidad del periodismo digital pasa más por la creatividad al establecer relaciones que por la profundidad». «El periodismo tiene que rescatar la sorpresa -recomienda-, que no es solo dar una primicia, sino la capacidad de provocar, de generar interés, de dejar de vivir en un mundo plano en que un medio no se diferencia de otro».

Guillermo Culell impartió el taller 'Historias plurales en tiempo real' junto a Jean François Fogel
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JAVIER BLASCO

Nació en la era de la imprenta, pero hoy es un experto en periodismo digital. Es director general de medios regionales del grupo El Mercurio (Chile). Hasta 2009 fue gerente de medios digitales del grupo El Comercio (Perú). Es maestro de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano. Ha participado en el Congreso de Periodismo Digital de Huesca.


PREGUNTA ¿Qué revoluciona el nuevo periodismo digital?

RESPUESTA La principal ruptura son los ciclos, que ahora son de 24 horas, en un flujo continuo de información. La segunda sería la irrupción del tiempo real y la sobreaceleración de ese tiempo real. Otro fenómeno interesante es el carácter cada vez más efímero de la información. Pero no hay contradicción entre el carácter efímero y la calidad; escuché a un diseñador brasileño decir que «cuando todo es efímero, hay que hacer todo como si fuese lo último». Se trabaja para una audiencia que se multiplica y con la que se establece una interacción permanente. Y aparecen los fenómenos de replicación inmediata, de imitación y duplicación. Pero elementos que por separado tienen un significado, combinados en una unidad informativa adquieren otro sentido.


P. ¿Y cómo organizar el contenido?

R. Últimamente estoy obsesionado con cuatro temas: los listados, los filtros (organizar la información por distintos criterios), las conexiones (crear nuevas unidades de sentido por el entramado de enlaces, de conexiones) y las sorpresas.


P. ¿Sorpresas?

R. El periodismo tiene que rescatar la sorpresa, que no es solo dar una primicia, sino la capacidad de provocar, de generar interés, de dejar de vivir en un mundo plano en que un medio no se diferencia de otro. A veces la sorpresa se construye por el entramado, por la creación de listas creativas, por que la información esté enunciada de forma que estimule a la audiencia, que haga que reaccione. Internet permite no hablar para un público despersonalizado, sino llegar a comunidades concretas y movilizarlas.


P. ¿Y realmente lo último es lo más importante?

R. Es lo más importante porque es lo último. Aunque hay filtros para las noticias: las más destacadas, las más comentadas, las más visitadas..., mi sensación es que a la gente le interesa más lo último que lo destacado.


P. ¿Por qué ocurre esto?

R. Hay un cambio de comportamiento. Cuando entro en Facebook no me interesa lo de hace tres horas, ya lo perdí; esa conducta de ignorancia del pasado evita que nos saturemos: a uno le desinteresa por la incapacidad de abordar toda esa superoferta, y eso llega a los medios masivos. El interés por la historia cae a cambio de vivir en presente continuo. Hay que considerar ese dato para hacer nuestra propuesta periodística.


P. Si volumen y velocidad rigen el mercado en internet, ¿dónde ponemos el sello de calidad para diferenciarnos de la competencia?

R. Volumen y velocidad permiten muchas más relaciones. Es una cuestión matemática: al crecer las combinaciones de elementos, crecen las posibilidades creativas. Hoy, la calidad pasa más por la creatividad al establecer relaciones que por la profundidad; aunque tradicionalmente hemos vinculado profundidad con calidad y más cantidad con menos calidad. Google demuestra que cuanto más indexa, mejores resultados te devuelve. Con la información, aunque también tiene cabida lo vertical, lo que profundiza, hay un cambio y las nuevas generaciones prefieren el ‘surfing’, la navegación horizontal sobre una superficie inmensa y riquísima. No le resto valor al análisis periodístico, pero no es la única forma.


P. ¿Cómo debería ser la relación ideal entre los periodistas digitales y los ingenieros de sistemas que diseñan sus portales y programan sus gestores de contenidos?

R. Un producto periodístico ‘on-line’ lo tiene que pensar un periodista. Es una cuestión de organización. Los equipos tienen que estar integrados, pero el ingeniero no puede acabar siendo el editor.


P. Se acusa al periodista digital de estar pegado a la silla y a la pantalla.

R. La calle no es solo lo físico. Internet es también un territorio por el que transitamos, nos cruzamos, dialogamos. El tiempo es escaso, y lo físico y lo digital no son polos opuestos; uno debe potenciar al otro. No puedo diferenciar lo virtual de lo real.


P. ¿Una tecnología por inventar?

R. Un buscador de lo sorprendente, de aquello en lo que no hay consenso entre los medios, con categorizaciones no por secciones sino por claves más ingeniosas. Hay criterios también periodísticos que no se explotan.