Tercer Milenio
En colaboración con ITA
Esperando para aterrizar
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A LA COLA
Por eso, en los aeropuertos normalmente hay una zona de espera (en algún caso, dos). Se trata de zonas de vuelo, normalmente elegidas para que el ruido no afecte a muchas personas; en ellas, los aviones se ponen a hacer un recorrido similar al de un hipódromo. Siempre hacen lo mismo: van por un radial VOR, dan media vuelta, vuelven por otro, vuelven a dar media vuelta y vuelven al inicial; así una y otra vez. Para evitar colisiones, el controlador pone a cada nave a una altura distinta. Todos los aviones describen la misma trayectoria, pero cada uno a una altura diferente. Una vez que se libera la pista, el avión que está más abajo recibe permiso para aterrizar y los demás bajan un nivel. De ese modo, el que estaba en el segundo nivel baja al primero y será la siguiente nave en aterrizar.
Ni que decir tiene que si hay una emergencia, pongamos por caso que un avión se está quedando sin combustible, el controlador se encargará de meterlo en la zona de espera en el nivel más bajo posible.