«Me interesa aprender cosas nuevas, el poder irme a dormir sabiendo que he aprendido algo y que el día no ha sido en vano, entre todas las distracciones insulsas y poco educativas que nos rodean». Seguramente por eso decidió ‘engancharse’ a nuestro concurso ‘Enigmas moleculares’ José Luis Camino, uno de los ganadores de la edición del mes de mayo, después de enterarse de que existía el concurso de Tercer Milenio por casualidad, a propuesta de una amiga a la que le sonaba que la respuesta a un enigma anterior era el luminol de las series de investigación forense.

Las otras dos ganadoras de la última edición de nuestro concurso son Mar Carranza Torre, que participó porque es lectora fiel de Tercer Milenio, y Montserrat Sadurní i Ventura, que se enteró de la existencia de ‘Enigmas moleculares’ a través de Facebook y que se ha hecho seguidora de los suplementos de HERALDO DE ARAGÓN Tercer Milenio y Frontera Azul desde hace menos de un año.

EL RETO DE MOTIVAR A LOS ALUMNOS

Ambas son profesoras. Mari Mar (47 años) da clases de Física y Química a chicos de ESO y bachillerato en el IES Benjamín Jarnés de Fuentes de Ebro (Zaragoza). Nacida en Miranda de Ebro (Burgos), se licenció en Ciencias Químicas en Zaragoza y ya se quedó en la ciudad. «He sacado muchas ideas para mi trabajo de Tercer Milenio, que me parece un buen suplemento de ciencia», señala. Aunque reconoce que es difícil, «trato de motivar a mis alumnos con el concurso, que me parece estupendo».

Montse (44 años) nos cuenta que usó «el tercer enigma para motivar a mis alumnos y funcionó». Es bióloga y profesora de secundaria, actualmente dedicada a la formación de adultos; también es estudiante de Documentación. Nació y vive en Vilafranca del Penedès (Barcelona).

José Luis (24 años) terminó la carrera de Ingeniería Técnica Industrial, especialidad Mecánica, hace poco. Es natural de Ávila, pero lleva varios años viviendo en Aragón. Actualmente trabaja como ingeniero en prácticas en una empresa de obra civil de Zaragoza y prepara su mudanza a Barcelona para trabajar en una compañía de telecomunicaciones. El concurso le parece «bastante educativo, entretenido y divulgativo, ya que la búsqueda de información para revelar los enigmas nos hace aprender ciertas cosas que no sabíamos sobre la química y la relación del mundo que la rodea».

Los tres responden de forma parecida ante el desafío de un enigma: no paran hasta resolverlo. Aunque en este caso no les resultó muy difícil.

Montse «conocía la relación entre las almendras y el cianuro; no conocía la reacción completa y la encontré por internet» rápidamente: en la primera página consultada halló la respuesta.

Tampoco para Mari Mar tuvo demasiado misterio. «Conocía la relación entre las almendras amargas y el cianuro, así que fue fácil. Me gusta resolver los enigmas. Son curiosos y relacionan la ciencia con la vida cotidiana y con aspectos prosaicos de ella. Manifiestan algo que nunca deberíamos olvidar: la ciencia está presente en todos los aspectos de nuestra vida», concluye.

Los tres siguen los temas científicos. José Luis opina que Tercer Milenio es «una buena propuesta para acercar a los medios informativos un poco la ciencia. Normalmente cuesta encontrarla, y los periódicos no solo son política, economía, sociedad y veinte páginas de deportes. ¡La historia, ciencia y tecnología también existen!», dice con entusiasmo.