Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Mi contador de agua sabe cuándo hay una fuga

Los contadores inteligentes que podemos encontrar en el entorno doméstico, industrial o agrícola han añadido ahora otro apellido: conectados, lo que los convierte en una herramienta clave para una gestión eficiente del abastecimiento de agua. La empresa Contazara, junto con Itainnova, experimenta y desarrolla productos con tecnologías del Internet de las Cosas.

Tu contador sabe más de lo que piensas. Mucho más que el agua que gastas. Puede hasta detectar una fuga antes que nadie. Y es que «la factura como única relación entre la empresa de aguas y el usuario es un concepto que pasará a la historia». Así lo asegura Javier Santacruz, director de Tecnología de Contazara, empresa dedicada a la gestión eficiente del agua, más allá de la mera medición y facturación.

El contador inteligente que desarrolló hace ya más de 20 años ha dado un paso más al integrase en el llamado Internet de las Cosas. Porque estos contadores también están comunicados con la nube, con lo que los datos que aportan «pueden usarse, no solo para tarificar, sino para conocer más acerca del consumo de agua y detectar, por ejemplo, una fuga cuando un consumo es continuo a unas horas en las que ese consumo no es habitual», explica Miguel Trallero, consultor de Innovación Tecnológica en Itainnova.

Antes del Internet de las Cosas, estos contadores estaban orientados a facilitar la lectura remota del consumo de agua. Pero «el poder tener datos de los consumos de agua en función de las horas del día, de los fines de semana, temporadas de verano, etc. puede mejorar el servicio y optimizar costes del abastecimiento de agua: detectando pérdidas o roturas de tuberías o previendo mejor cuándo realizar reparaciones», indica Trallero.

Para que esto funcione «es necesario que el contador disponga de algún medio de comunicación inalámbrica, que además debe ser capaz de transmitir desde sótanos y empleando muy poca energía», pues son dispositivos alimentados con pilas que deben durar más de 10 años.

Junto con Itainnova, Contazara experimenta y desarrolla productos con las tecnologías M2M (Machine-to-Machine), que permiten realizar estas comunicaciones .

Santacruz destaca que la capacidad de transmitir la información de forma más eficiente en coste y en energía «hace viable que la información del contador inteligente pueda obtenerse más frecuentemente y aplicarse a todos los suministros de un municipio, lo que permite otro nivel de análisis del abastecimiento en su conjunto».

Además, Trallero apunta nuevas ideas para explotar los datos obtenidos. Por ejemplo, estos contadores se podrían aplicar al control de personas mayores: «Se puede crear un perfil de consumo de agua por horas del día y si hay un día que no se tiene ese consumo de agua, puede indicar que están teniendo un problema y realizar una llamada de los servicios de asistencia».

Retos tecnológicos

Los retos tecnológicos son continuos. «Ya se ha llegado a muchos pueblos del Pirineo con segundas residencias, donde la lectura del contador se realiza pasando con un vehículo cerca de los edificios y leyendo, por comunicación radio, los consumos del contador. Faltaría –reconoce Trallero– el despliegue de los sistemas de comunicación inalámbrica para que los contadores estén continuamente conectados y poder explotar los datos».

Por su parte, Santacruz señala que «el entorno húmedo de trabajo y el bajo precio del agua (en relación con los costes de ponerla a disposición de las viviendas en cantidad y calidad adecuada) plantean la exigencia de funcionar con baterías de larga duración, a menudo en ubicaciones con mala cobertura y con un coste muy pequeño». En su opinión, «aplicar tecnologías que proporcionen un radio de conectividad aceptable con un coste y consumo energético reducido es clave a la hora de plantear una implantación masiva que mejore la eficiencia del proceso».

Así funciona un contador inteligente
Un contador inteligente de agua está dotado de sensores y procesadores que permiten, además de una máxima precisión, un análisis del consumo. Mediante la detección continua de volúmenes y caudales, los contadores inteligentes generan, procesan y transmiten información de valor añadido para aplicaciones como la detección de fugas internas, hábitos de consumo anómalos o dimensionamiento de las redes de abastecimiento.

Los contadores envían sus datos identificativos, sus consumos y la información estadística sobre el uso del agua a un dispositivo cercano que incorpora un módem. El receptor de esta comunicación dispone a su vez de comunicación IP hasta el servidor de recogida de datos en la nube. En todo caso, «la clave está en una transmisión segura y libre de errores, donde el dato siempre esté disponible en el contador si hay algún problema en la red», explica Javier Santacruz desde Contazara.

De las ruletas mecánicas a la electrónica y la conectividad
Hace más de 25 años, los contadores de agua eran mecánicos, «con unas ruletas que iban girando y marcando el consumo de agua y, para hacer la lectura, una persona tenía que acceder al lugar donde estaba el contador –viviendas, industrias, zonas de riego– para ver el consumo y poder hacer la facturación», recuerda Miguel Trallero.

Cuando Contazara sacó al mercado los contadores de agua electrónicos, la toma de lectura se hizo más fácil, «al poder comunicarse con una red o, posteriormente, por comunicación radio». «Al tener un sistema con electrónica y un microprocesador –añade–, se pudieron añadir a este tipo de contadores nuevas funcionalidades, como detectar fugas de agua en una casa y dar aviso».

Desde Contazara, Javier Santacruz señala que, desde hace décadas, «los contadores inteligentes han tenido capacidades de comunicación». De hecho, estos dispositivos han sido «el campo de aplicación ideal, incluso los impulsores, de anteriores tendencias como la telelectura, las comunicaciones Máquina?a Máquina (M2M) y, ahora, el Internet de las Cosas.

Aunque las tecnologías de comunicación evolucionan muy rápidamente, «como los contadores son capaces de almacenar la información y ofrecen un canal serie, la integración de sistemas de comunicación presentes y futuros supone un esfuerzo mínimo. Ni siquiera es necesario sustituir los contadores para darles nuevas capacidades de comunicación», precisa.

En esta constante evolución, se ha ido evolucionando desde los primeros trabajos con comunicación por RS232 y la creación de diversas redes de comunicación con un protocolo propio que ha llegado a ser estándar español en los contadores de agua, pasando por comunicaciones con terminales específicos, como las primeras PDA (precursoras de los actuales teléfonos móviles), hasta llegar hoy en día a las comunicaciones con los actuales smartphones, diferentes tipos de redes y su conectividad con el Internet de las Cosas (IoT).

En estos 25 años, Itainnova ha trabajado siempre «como una unidad más dentro del equipo de I+D+i de Contazara», describe Santacruz. Especialmente en las fases preliminares de investigación aplicada y estudios de viabilidad de muchos diseños. Tanto en los sensores para medir el caudal como en las aplicaciones de gestión de datos, pasando por muchas de las tecnologías de transmisión (tanto M2M como IoT). También dan soporte a los ensayos de laboratorio durante las fases de diseño. Para Contazara, esta colaboración aporta «conocimiento y flexibilidad. Trabajar con Itainnova nos supone tener ingenieros ‘extra’ de I+D+i».

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