Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Amor artificial

Los científicos acaban de descubrir cómo activar artificialmente los 'circuitos del amor eterno' en los cerebros de las hembras de topillo de la pradera.

El emparejamiento de los topillos de la pradera es para siempre
El emparejamiento de los topillos de la pradera es para siempre
Emory University

Cuando una hembra de topillo de la pradera (Microtus ochrogaster) se enamora, lo hace para siempre. La explicación no es nada romántica, sino pura neurociencia: la naturaleza ha configurado sus cerebros de tal manera, que en presencia de cierta clase de machos y en el momento correcto, se genere una especie de lazo de emparejamiento que dura “hasta que la muerte los separa”, como nos cuentan en el blog de Maikelnai.

Pues bien, los científicos acaban de descubrir cómo convertirse en un Cupido de laboratorio y activar artificialmente los 'circuitos del amor eterno' en los cerebros de las hembras. Sea cual sea el macho que se les ponga delante, incluso si es un auténtico adefesio, el sistema funciona. Según explicaban hace poco en 'Nature', han utilizado una técnica llamada optogenética, que consiste en insertar genes en las neuronas del córtex prefrontal que funcionan como interruptores y se activan (on/off) usando pulsos de luz. Como dice Maikelnai, más nos vale que no sea extrapolable a los humanos.

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