Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Dos papers al día de producción astronómica

Las siluetas de los cuatro integrantes del VLT contrastan con el cielo del atardecer.
Las siluetas de los cuatro integrantes del VLT contrastan con el cielo del atardecer.
ESO/H.H.Heyer

Nadie dirá que la apuesta por Cerro Paranal para ubicar los telescopios del Observatorio Austral Europeo no ha arrojado dividendos. El primer exoplaneta fue observado directamente aquí por primera vez en el 2004. El Nobel de Física del 2011 se lo dieron a Saul Perlmutter y sus colegas por descubrir mediante los VLT que la expansión del Universo se está acelerando. Con los mismos aparatos, un equipo internacional cifró la edad de la estrella más antigua de nuestra galaxia en 13.200 millones de años.


Otro grupo obtuvo la evidencia definitiva de que las explosiones de rayos gamma proceden del estallido de supernovas. Y la técnica fotográfica de la óptica adaptativa confirmó la existencia de un agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea.


"Con los datos recogidos se produce una media de dos papers de calidad al día", sacan cuentas en el ESO. Si bien el observatorio "puede investigar en casi cualquier rama de la astrofísica", resume Fernando Comerón, responsable de la organización en Chile, "destacan sus contribuciones en el campo de los planetas extrasolares, así como en algunos de los objetos más alejados, dándonos una visión directa de la formación de estructuras en el Universo primitivo".

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