Tercer Milenio

Microflores artificiales

El reconocimiento molecular permite crear estructuras con aspecto de flor que crecen solas.
El reconocimiento molecular permite crear estructuras con aspecto de flor que crecen solas.
RMIT University

Ácido fosfónico, melamina y agua. Esa es la fórmula química de las microflores artificiales que ha desarrollado en Melbourne (Australia) un equipo de investigadores liderados por Sheshanath Bhosale. Y lo sorprendente es que estas florecillas de solo 10 micras de diámetro -una décima parte del grosor de un cabello- crecen y florecen tres horas después de haber sido creadas. ¿Cómo lo hacen? Muy sencillo: cuando el ácido y la melamina interaccionan en agua, estas moléculas orgánicas forman puentes de hidrógeno y se van autoensamblando hasta formar una estructura que crece direccionalmente en tres dimensiones, simulando la forma de una flor cargada de pétalos. "Que el reconocimiento de estas moléculas permita crear estructuras con aspecto de flor que crecen solas tiene un gran potencial en campos como la nanotecnología, la optoelectrónica, la biotecnología y la biomedicina", aseguran los autores del trabajo.


El ingenio supone un paso importante en la búsqueda de sistemas de autoensamblaje molecular, es decir, procesos de asociación espontánea de moléculas orgánicas -los ladrillos- para crear estructuras mayores. Una estrategia utilizada ampliamente por los sistemas biológicos que los científicos tratan de emular en sus laboratorios para crear nuevos materiales a medida.

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