Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Cruzada contra los ácidos grasos trans

Las grasas hidrogenadas dejan paso a las de palma.
Las grasas hidrogenadas dejan paso a las de palma.

El verano pasado comenzó en Estados Unidos la cuenta atrás para eliminar del mercado los productos con ácidos grasos trans. En 2006, se hizo obligatorio indicar su contenido en los alimentos. Y, el pasado mes de julio, la Agencia Norteamérica de Alimentación y Medicamentos (FDA) dio un paso adelante al eliminar de los productos con ácidos grasos trans la anotación de ‘productos seguros para la alimentación humana’.


La Comisión Europea hizo público en diciembre de 2015 un informe para el Parlamento y el Consejo Europeo en el que se analiza la presencia de ácidos grasos trans en la dieta de los países de la UE, posibles medidas para limitar su consumo y consecuencias de dichas iniciativas.


El documento se basa en los resultados de un muestreo a nivel europeo que refleja que, en general, se ha reducido el consumo de dichos productos al 1% de la energía ingerida diariamente, como recomienda la Organización Mundial de la Salud.


El informe constata la poca percepción del problema que existe en la sociedad europea. Mientras países como Dinamarca o Austria han adoptado una limitación de los ácidos grasos trans mediante imposición, Holanda confía la limitación de la cantidad de trans en los alimentos a la responsabilidad social de los agentes implicados.


En Dinamarca, a pocos años vista de la limitación impuesta, ya son capaces de conocer la cantidad que ingieren sus ciudadanos y las posibles muertes que están evitando.

¿Y en España?

En España no hay legislación que obligue a indicar la presencia de ácidos grasos trans en el etiquetado alimentario. A pesar de no existir obligación de informar al consumidor, la ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición de 2011 no permite que las escuelas infantiles y los centros escolares vendan alimentos y bebidas «con un alto contenido en ácidos grasos saturados, ácidos grasos trans, sal y azúcares». Si no se conocen ¿cómo se va a aplicar este apartado legal? A partir de diciembre, los fabricantes estarán obligados a indicar el contenido de ácidos grasos saturados.


La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición realizó en 2010 un muestreo sobre las etiquetas de 100 artículos de la cesta de la compra. El estudio indica que se utilizaban grasas parcialmente hidrogenadas en margarinas, bollería industrial, comidas preparadas y palomitas. Pero no en qué la cantidad, ya que sus etiquetas no lo mostraban.


Cinco años después, según un análisis de la composición de sus ingredientes declarada en la etiqueta, el 91% de esos productos han reemplazado las grasas parcialmente hidrogenadas por un lípido vegetal, fundamentalmente grasa de palma, aunque también palmiste.


Al no haber tenido la información del contenido de grasas trans ni entonces ni ahora, no sabremos el impacto de esta sustitución.


En el año 2013, en España se produjeron 117.484 muertes por enfermedades cardiovasculares (30,1% de las defunciones). Si se aplican los cálculos de los daneses de reducir 14,2 muertes por cada 100.000 habitantes al eliminar los productos trans en estos años; con la población española de 46.423.064 en julio del 2015, esta medida de reemplazar la grasa trans podrá ahorrar 6.592 muertes. Pero habrá que esperar al menos diez años para detectar esa tendencia.


Gloria Estopañán Área de Laboratorios de Análisis y Asesoría Tecnológica, Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón Jesús Osada Facultad de Veterinaria, Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón-Universidad de Zaragoza/Instituto Agroalimentario de Aragón, CITA-UZ/CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición, Instituto de Salud Carlos III

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