Tercer Milenio

En colaboración con ITA

¿Qué pastilla toca tomar ahora?

Caléndula, una aplicación para smartphones ideada para facilitar el correcto seguimiento y administración de los tratamientos farmacológicos.

Una app que ayuda a tomar correctamente la medicación
Una app que ayuda a tomar correctamente la medicación

Mucha gente se maravilla cuando descubren que, camino ya de los 44 años, todavía tengo tres abuelos. Eso sí, todos nonagenarios, con una imponente ristra de pastillas y medicamentos prescrita, y una memoria ya demasiado frágil para acordarse de qué (y cuándo) tratamiento toca en cada ocasión. Lo que obliga a mis padres, sus hijos, a estar pendientes de ello y a tener que llamarlos cada vez que procede para recordarles la pastilla que deben tomar en ese momento. Una responsabilidad que no atiende ni entiende de domingos, festivos o vacaciones y sí de madrugones o de despertadores sonando a horas intempestivas.

Será por eso que celebro como brillantísima y muy necesaria la iniciativa desarrollada por investigadores del Centro Singular de Investigaciones Tecnológicas de Información de la Universidad de Santiago de Compostela (CITIUS): una aplicación para smartphones ideada para facilitar el correcto seguimiento y administración de los tratamientos farmacológicos.

La app, bautizada como Caléndula es presentada por sus creadores como “un asistente para la gestión personal de la medicación, dirigido a aquellas personas que tienen problemas para seguir su tratamiento, se olvidan de tomar sus fármacos, o tienen pautas complejas difíciles de recordar. Si eres responsable de la medicación de otras personas (hijos, padres, abuelos, etc.), esta también es tu herramienta”. Y para lograr este objetivo, el programa avisa que es el momento de tomar la medicación; las pautas sobre cómo tomarlo; y los posibles efectos adversos y contraindicaciones. Y asimismo permite incluir varios perfiles, de modo que un mismo usuario controle sus medicación y la de las personas a su cargo.

No espero que, a estas alturas, mis abuelos aprendan a manejarla y se vuelvan autónomos; pero sí que al menos aprendan mis padres. Y de ese modo poder librarme yo de futuros madrugones cuando sean ellos los nonagenarios.

Por cierto, que una de las versiones que circula sobre la invención del nocturlabio -instrumento de navegación ideado para poder determinar la hora durante la noche a partir de la posición de una determinada estrella en el firmamento- apunta, precisamente, a que fue ideado por el alquimista Ramón Llul a fin de poder administrar a sus pacientes los medicamentos que les prescribía a la hora convenida, aunque fuese en plena noche (cerrada). Pero esa ya es otra historia…

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