Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Señor edificio, ¿me concede este baile?

Bailar con un edificio, interaccionar con él, es el 'no va más' de una coreografía. El festival de danza Trayectos, siempre explorador, ha mezclado arte y tecnología en un espectáculo concebido por Néstor Lizalde

Néstor Lizalde se ha especializado en escena digital
Néstor Lizalde se ha especializado en escena digital
Manuel Ballestín

Cuatro bailarines frente a un edificio, el de Etopia, en Zaragoza. Sus movimientos impactan en las fachadas provistas de pantallas led; y éstas responden con luces y sonidos creando un espectáculo sublime. Es una de las exploraciones estéticas del festival de danza Trayectos. En las fachadas, once sensores de vibración, y entre bambalinas, Néstor Lizalde, un artista electrónico 'atrapado' en la actualidad por las artes escénicas. Creador y técnico de la obra, estrenada el pasado junio.

"He instalado en las fachadas un sistema de sensorización que permite registrar los impactos de los bailarines -explica Lizalde-. Y el ordenador no es ya un mero reproductor de vídeos; los algoritmos permiten la generación de formas audiovisuales no lineales y en tiempo real". Según la intensidad del impacto en la fachada, recogida por un oscilador de frecuencias, ésta reproduce formas y sonidos diversos. La interacción es total.   

Lizalde lo ha conseguido: "El ordenador escucha y procesa la generación gráfica en tiempo real". Y los bailarines han cumplido su parte: danzar airosamente con el edificio, interaccionar con la "señora pantalla", como la llama Ana Castrillo, bailarina de la compañía D'Click. De ella son también Hugo Gauthier y Javier Gracia, a quienes acompañaba en tan singular escenario la coreógrafa Victoria Miranda.

"Tuvimos sólo tres días para crear la danza, para ensayar los movimientos que mejor combinaran con la pantalla", cuenta Castrillo. Estos bailarines no habían trabajado nunca con medios digitales, con una coreógrafa que no conocieron hasta tres días antes del espectáculo y con un proceso creativo invertido, que empezó por sus propios movimientos. "A partir de ellos se generó toda la obra". El resultado: un espectáculo de danza y arte electrónico innovador, explorador de una nueva estética, de un nuevo lenguaje creativo.

Desde la pasarela de Etopia, que conecta el Centro de Arte y Tecnología con la Estación Delicias, el público asistía en junio al espectáculo. Los que estaban más próximos al edificio veían a los bailarines; lo que estaban lejos, recibían las imágenes y sonidos de las pantallas.

La bailarina Ana Castrillo espera ver crecer el medio digital ligado a la danza; "ofrece muchísimas posibilidades". Mientras, Néstor Lizalde, que enseña en Etopia cómo dar rienda suelta a las imágenes en las pantallas led, aborda un nuevo proyecto escénico en la línea de sus anteriores escenografías para Lypsis, que se representó en el zaragozano Teatro del Mercado, y para Ushuaia, en el Teatro Español de Madrid.

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