Un kinesiograma es una ilusión óptica que se logra superponiendo plantillas con distintas imágenes y aplicando un filtro que, al pasar sobre ellas, va mostrando unas y tapando otras, creando sensación de movimiento. "Una mezcla de zoótropo y efecto moiré", especifica Martín Jaime, propietario de Bodegas Jaime, que ha aplicado esta tecnología analógica a las etiquetas de sus botellas de vermú Turmeón.

Hace un año, Martín presentó sus primeras etiquetas en movimiento, un 'comecocos' comecorazones para el rojo y un delfín saltando en el agua para el blanco. "Hemos exportado bastante y hemos estado presentes en muchas ferias gracias a la etiqueta". Martín ha experimentado esa máxima del márqueting que dice que cuando alguien coge el producto en sus manos lo compra. El efecto de su etiqueta es casi hipnótico.   

Por un lado de la botella está la etiqueta tradicional, con seis 'fotogramas' en su envés, y por el otro lado está la rejilla de acetato que deja ver la escena cuando hacemos girar la botella en nuestra manos.  

Una abeja aleteando y una colmena con sorpresa es el nuevo kinesiograma de Bodegas Jaime. Nueva etiqueta en movimiento para nuevo vermú. En breve sacará a la venta otra versión muy innovadora de su especialidad: el primer vermú con miel. "Ahora hay más gente reticente al azúcar; y la miel, con minerales y vitaminas, endulza más con menos calorías".

A este vermú con miel, Bodegas Jaime añadirá ajenjo. "Wermut, en alemán, significa ajenjo, una hierba aromática que combina muy bien con la miel y que nos permite regresar a los orígenes de esta bebida". Tradición e innovación se unen.  

El ajenjo, sin embargo, no es nuevo en el vermú de Bodegas Jaime. Aunque en menor cantidad, está presente en todos sus vermús junto a otras hierbas aromáticas, como el cardamomo, el clavo y la canela.

Lo que sí constituye otra innovación de Bodegas Jaime, ubicada en Morata de Jalón desde hace casi doscientos años, es el uso de un tapón de cristal que impide evolucionar a los caldos contenidos en la botella. Como su vermú se elabora con una solera de garnacha octogenaria, el tapón de cristal impide el intercambio de oxígeno y hace que el vermú Turmeón conserve sus cualidades durante diez años. Además, "estéticamente, este tapón combina muy bien con la etiqueta".