Tercer Milenio

En colaboración con ITA

El desarrollo tecnológico, repartido

Joel Villa ha diseñado y construido un túnel de viento, un proceso que también ha documentado paso a paso.
Joel Villa ha diseñado y construido un túnel de viento, un proceso que también ha documentado paso a paso.

Después del intento fallido de realizar una simulación de fluidos como proyecto de fin de carrera, Joel Villa decidió construir algo relacionado con la aeronáutica. «La primera idea que tuve fue construir un túnel de viento a escala para poder realizar estudios aerodinámicos con él», dice. Así empezó todo.


El proyecto, que fue tomando forma en el taller Open Art del Centro de Arte y Tecnología Etopia de Zaragoza, fue uno de los ganadores del Citizen Scientist Challenge, que premia la ciencia ciudadana, y es uno de los veinte finalistas de todo el mundo que optan al Hackaday Prize. Sus premios de 5.000, 10.000, 25.000 y 150.000 dólares son muy apetitosos para aquellos a quienes, «como a muchos otros jóvenes con inclinaciones hacia la ingeniería, nos sobran ideas pero nos faltan los recursos de cualquier clase».


Con este proyecto, Villa pretendía «aprender a trabajar con materiales, como la fibra de vidrio, y con electrónica, como la que rodea a sensores y actuadores que tanta importancia tienen en la industria». Pero su mayor singularidad es que este túnel de viento viene con ‘libro de instrucciones’ para su uso libre. Su diseño y construcción está siendo documentado paso a paso, de manera que cualquiera pueda hacer lo mismo.


Cuando empezó a buscar información en la red para diseñar el túnel encontró multitud de proyectos similares, pero los blogs donde se explicaban mostraban alguna foto de su construcción y funcionamiento «y poco más». Así se dio cuenta «de la importancia que podía tener describir paso a paso no solo la construcción de un túnel de viento, sino también el diseño, para que personas como yo, que quieran empezar este tipo de proyecto, tengan una documentación sobre la que apoyarse». Su enfoque al recopilar esta documentación no es únicamente divulgativo, sino también «como una especie de diario en el que introduces todos los procesos y por qué realizarlos de una forma en concreto para poder recordarlos en el futuro».


El proceso, «desde que tomé la decisión de realizarlo hasta que lo presenté ante el tribunal de la universidad», duró nueve meses. Diseño, elección y compra de materiales precedieron a la construcción del cuerpo y la estructura que sostiene el túnel. Por último, «redacté toda la documentación necesaria para que cualquiera pudiese reproducir mi proyecto». Actualmente, el túnel se encuentra en el taller Open Art de Etopia. Allí, «con ayuda de mi asociación LEEM-UZ (Laboratorio para Experimentación en Espacio y Microgravedad de la Universidad de Zaragoza), la asociación DLabs y personas que trabajan en el mismo Etopia, estamos añadiéndole la electrónica, la balanza de fuerzas y la máquina de humo».


Tras recorrer este camino, Joel Villa cree que, «si prestas atención, la complejidad a nivel global del túnel de viento no es grande, pero trabajar con superficies tan grandes de fibra de vidrio sin experiencia, como era mi caso, es complejo». También debido a sus dimensiones ha sido creado módulo a módulo, lo que facilita el transporte y el posible cambio de algún modulo.


Y una vez construido... ¿qué? «El futuro del túnel en este momento lo ligo a Etopia. Este emplazamiento permite seguir desarrollándolo y que otras personas interesadas puedan trabajar en él –asegura–. Con el túnel finalizado se podrán realizar pruebas de aerodinámica a objetos cuyo diseño lo precise. La máquina de humo que viene instalada en el túnel permitirá visualizar las líneas de flujo que se crean a una corriente de aire y, con la balanza de fuerzas, se podrán medir las fuerzas que están actuando».


En su opinión, «hoy en día, con la multitud de programas de código abierto y la tecnología asociada, estamos viviendo una nueva revolución industrial en la que las personas poco a poco están adquiriendo conocimientos de electrónica y programación que les permiten poder crear sus propios productos. La conectividad global y herramientas como las impresoras 3D cambiarán el peso del desarrollo tecnológico que hasta ahora tenían las empresas para repartirlo entre toda la sociedad».

De cerca
Nació en Zaragoza hace 27 años. Estudió Mantenimiento Aeromecánico en el IES Miralbueno de Zaragoza e Ingeniería Técnica Aeronáutica en la EETAC de Castelldefels. Es presidente de la asociación LEEM-UZ. Participó en la MSM-0, la primera simulación de una misión en Marte realizada en España, que tuvo lugar en Jubierre, en pleno desierto de los Monegros. Actualmente tiene sobre la mesa proyectos como la solicitud a la ESA de que Zaragoza sea sede del concurso CanSat y del lanzamiento de un globo meteorológico para el estudio de la atmósfera.
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