Tercer Milenio

En colaboración con ITA

En busca del edificio transparente

La empresa zaragozana Ariño Duglass quiere dar con el vidrio perfecto, transparente, resistente y aislante, que permita construir sólo con este material.

Imagen del proyecto Grand Hyatt (Bogotá, Colombia)
Imagen del proyecto Grand Hyatt (Bogotá, Colombia)
Ariño Douglass

En Bogotá se está construyendo un hotel, el Grand Hyatt, con amplia superficie de acristalamiento. El calor, el viento, también el frío, incluso el granizo y la nieve son habituales en esta ciudad. Y el vidrio podría romperse con los cambios bruscos de presión. Menos mal que las cristaleras están siendo fabricadas por Ariño Duglass, en Zaragoza. “Para aumentar su resistencia, se introducen en el vidrio pequeñísimas cánulas de alambre”, cuenta Aída González, del departamento de I+D de esta veterana empresa.


En Nueva York, en la Quinta Avenida, está el edificio de Apple. Le gana en cantidad de vidrio al hotel de Bogotá. Se diría que es todo transparente. Pero en éste no ha trabajado Ariño Duglass. Aida lo pone sin embargo de ejemplo del llamado vidrio estructural, el que sostiene el peso de la arquitectura, el que forma parte de la estructura misma del edificio. En esto lleva Ariño Duglass varios años investigando.


Pilares de vidrio, vigas de vidrio, paredes de vidrio, fachadas de vidrio. “Sin anclajes metálicos, todo sellado con siliconas y otros adhesivos. Esto es el vidrio estructural”, explica la química Aída González. ¿Ventajas? “El vidrio es más fácil de producir que otros materiales, más barato también, ecológico y cien por cien reciclable, no tiene problemas de oxidación como los metales y, si no comparte estructuras con otros materiales, evita roturas por choque térmico”.


El tema está muy estudiado, pero no existe aún en el mundo un edificio todo de vidrio. Los puristas dirían que ni siquiera el de Apple de la Quinta Avenida es de vidrio estructura, porque incluye otros materiales, aunque en pequeña cantidad.


Ariño Duglass tiene planes de intensificar su investigación en vidrio estructural, realizando pruebas y ensayos de todo tipo con su colaborador habitual, la Universidad de Zaragoza, con la Politécnica de Madrid y aprovechando su buena relación con el estudio de arquitectura ENAR. “Estudios mecánicos se han hecho muchos -relata Aida González-, con software de cálculo por elementos finitos. Y ahora se harán también reales”.


Borja Navarro, ingeniero mecánico de Ariño Duglass, está haciendo su trabajo de fin de máster sobre las vigas de vidrio estructural. “Queremos aumentar su tamaño sin que ello afecte a sus propiedades mecánicas y, además, ensayar con adhesivos que queden totalmente ocultos a la vista”. Navarro cuenta que mezclan las planchas de vidrio con láminas 'plásticas' para darles más resistencia y que sean más seguras.

La arena se convierte en vidrio

La empresa zaragozana investiga “con el vidrio más común en arquitectura, el sodocálcico, llamado también flotado”. Arenas de diferente composición, mezcladas si se quiere con pigmentos, se funden en tanques a 1.200 grados; ese vidrio fundido se echa lentamente sobre una balsa de estaño, que está a 800 grados, y después se va empujando con aire o rodillos y va saliendo ya en planchas, del espesor que se quieran, que se dejan enfriar poco a poco.


Ese vidrio flotado llega a Ariño Duglass, donde se corta, se pule, se sobreponen láminas, se añaden capas de protección solar, aislante térmico o acústico, se somete a tratamientos de termoendurecido..., según las necesidades del destino. Todo orientado a aumentar la resistencia y a dotar al vidrio de prestaciones, incluso de elementos decorativos, como sus capas de oro y plata, exclusivas de esta empresa.


El mercado francés se muestra muy atraído por los productos de Ariño, aunque su vidrio tiene clientes en todo el mundo. La Torre del Agua de Zaragoza, el Museo de Dalí en Figueras y las ventanas del AVE y del tren que va de Medina a La Meca son obras muy representativas de esta empresa.


Y algo más novedoso para el futuro: dirigida por José Manuel Marco, jefe del departamento de I+D de Ariño Duglass, y por Manuel Iglesias, de la Universidad de Zaragoza, Aída González está haciendo su tesis relacionando el vidrio con el medio ambiente. “Se trata de un fotocatalizador que se añade al vidrio normal para eliminar contaminantes del aire”. Ventanas que limpian la atmósfera. Suena muy bien. Ya hay cerámicas que cumplen esta tarea, “pero el vidrio es más barato y está presente en todos los edificios”.

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