Sólo con gafas de bucear o también con tubo de snorkel puedes sumergirte en la piscina y descubrir un tesoro: los restos de un barco que naufragó (esto es un pecio) en el siglo XIV antes de Cristo frente a las costas de Turquía. Los han colocado en el fondo de tu piscina Héctor Conget y Andrés García-Arilla, dos arqueólogos zaragozanos que quieren que sientas, o al menos intuyas, la emoción ante un hallazgo y que conozcas su trabajo.

Como un arqueólogo subacuático más, desciendes hasta el fondo para ver las ánforas que portaban cobre, estaño, ébano de Nubia, ámbar del mar Báltico... 'Uluburun. Un naufragio en tu piscina' es el nombre de esta innovadora actividad de divulgación científica que han inventado Conget y García-Arilla, asociados como Arqueología y Didáctica. Sesenta veces la han realizado por las piscinas de España en menos de dos años, generalmente con escolares de entre 10 y 14 años, pero también con adultos, para los que, incluso, tienen audioguías.

Trabajaban hace unos años en el Parque Arqueológico de la Primera Edad del Hierro de Burrén, en el municipio zaragozano de Fréscano, cuando concibieron esta divertida y refrescante actividad. Por crowdfunding lograron financiar la mitad del conjunto escultórico que representa el pecio de Uluburun. A partir de fuentes documentales, lo construyeron el escultor Hugo Casanova y la empresa Architécnica. Son planchas de resina de grandes dimensiones que no alteran el ph del agua.

Conget recuerda las ayudas que han tenido en Zaragoza para montar esta actividad, desde las primeras pruebas en la piscina del Colegio Marianistas, hasta el apoyo de Ángel Santamaría, gerente de la piscina del Liceo Europa.Un naufragio que hizo historia

No es casual que Conget y García-Arilla eligieran para su actividad divulgativa el pecio de Uluburun. "La excavación de este yacimiento, que se hizo entre 1984 y 1994, marcó un hito en la historia de la Arqueología subacuática, porque ésta dejó después de ser destructiva para pasar a conservar los yacimientos", explica Héctor Conget.

Los 18.000 objetos que portaba aquel barco se exhiben en Bodrum (Turquía), una de las tres sedes del Instituto de Arqueología Náutica, de donde recibieron documentación los arqueólogos zaragozanos. "La peculiaridad de aquel barco es que transportaba diez toneladas de lingotes de cobre y una de lingotes de estaño -cuenta Conget-. Llevaba materiales de siete culturas distintas, incluso de más allá del Mediterráneo, lo que demuestra la economía mundial que ya existía en la Prehistoria".

Los restos de un naufragio hablan por sí solos y desmontan falsas creencias. "Así -asegura Conget-, si acercamos el yacimiento a la gente, si desubicamos la actividad, la divulgación de la Historia es más efectiva. Cuando se ve lo que hacemos, se entiende mejor el trabajo del arqueólogo". Los próximos afortunados serán los habitantes de Zuera y los alumnos del Liceo Europa, que descubrirán el pecio de Uluburun mañana y el jueves, respectivamente.

Mientras bucean y divulgan, Conget y García-Arilla planean otra actividad divulgativa con la empresa De la Roca al Metal. La metalurgia del bronce será la protagonista.