Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Minería espacial, fiebre del oro a escala galáctica

Estados Unidos publica una ley para apropiarse del oro, platino, hierro y agua que existe en cuerpos celestes más allá de la Tierra

Las empresas privadas podrían viajar a la Luna, los asteroides y otros cuerpos celestes para extraer sus riquezas
Las empresas privadas podrían viajar a la Luna, los asteroides y otros cuerpos celestes para extraer sus riquezas
NASA

Estados Unidos ha promulgado una ley que va a desembocar en una nueva carrera espacial. En esta ocasión no se trata de ser los primeros en enviar astronautas a la Luna, sino de promover que las empresas privadas entren y compitan en la exploración del espacio ultraterrestre.


El presidente Barack Obama estampó su firma el pasado 25 de noviembre en la llamada Ley del Espacio de 2015, una ambiciosa iniciativa que busca impulsar la exploración y la explotación comercial de los recursos que se encuentran en el subsuelo de los pequeños astros rocosos cercanos a la Tierra y en el cinturón de asteroides que orbitan entre Marte y Júpiter… y que no tienen dueño.


Ante la ausencia de una reacción por parte de la Unión Europea, Luxemburgo acaba de anunciar su intención de crear una legislación que dé "certidumbre sobre la futura propiedad de minerales extraídos en el espacio" de los llamados ‘objetos cercanos a la Tierra’ (NEO, por sus siglas en inglés), como los asteroides.


La nueva ley americana declara que los ciudadanos de Estados Unidos que participen "tendrán derecho a cualquier recurso obtenido, incluyendo su posesión, propiedad, transporte, uso y venta, de conformidad con las leyes en vigor, incluyendo las obligaciones internacionales de EE. UU.".


Pero ¿las normas que rigen el derecho internacional del espacio y que emanan de la ONU permiten que particulares puedan extraer y comerciar libremente con los recursos del Cosmos?

Derecho espacial

Diversos especialistas en derecho espacial consideran que la nueva ley puede contravenir los tratados internacionales y va a levantar una ola de oposición. Otros, en cambio, entienden que Estados Unidos está en su pleno derecho de ejercer su potencial espacial.


El criterio de la española Elisa González Ferreiro, directora del Centro de Estudios del Instituto Iberoamericano de Derecho Aeronáutico, del Espacio y de Aviación Comercial, es que "ninguno de los acuerdos internacionales relativos al espacio prohibe expresamente el uso de los recursos que contienen los cuerpos celestes".


González Ferreiro subraya que "una cosa es la apropiación nacional, lo que está expresamente prohibido por los acuerdos relativos al espacio, y otra llegar, excavar y extraer, que es de lo que se trata". A su juicio, "es patente que Washington ejerce sus derechos, pese a que ha obviado el acuerdo internacional".


También se ha manifestado el Instituto Internacional de Derecho Espacial, el organismo que reune a las máximas autoridades en la materia a escala mundial. Una declaración de su Consejo de Dirección, aprobada por consenso el pasado 20 de diciembre, alude al Tratado del Espacio Exterior de 1967, la regulación jurídica básica respecto al espacio ultraterrestre. En su artículo II, el citado tratado expresa que "el espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, no podrá ser objeto de apropiación nacional por reivindicación de soberanía, uso u ocupación, ni de ninguna otra manera". Sin embargo, los letrados reconocen que "no está tan claro si dicho artículo también prohíbe la toma de recursos".


La correcta y libre exploración y utilización del espacio más allá de la Tierra está recogida en el artículo I, párrafo 2 del mismo tratado. No obstante, no existe acuerdo internacional respecto a si el derecho de "libre uso" conlleva el derecho de tomar y consumir recursos naturales no renovables, incluidos los minerales y el agua.


Ante la ausencia de una clara prohibición, el Instituto Internacional de Derecho Espacial concluye que está permitido el uso de los recursos del espacio. Visto desde esta perspectiva, los letrados señalan que la nueva ley de Estados Unidos "es una posible interpretación del Tratado de 1967" y consideran que "aún está por verse en qué medida esta interpretación será compartida por otros Estados". El conflicto de intereses está servido.

La realidad supera a la ficción
Como ocurrió a finales del siglo XIX, Washington acaba de dar base legal a una nueva fiebre del oro, pero esta vez no en el estado de California, sino en el Sistema Solar.

Y es que la iniciativa de Obama aspira a que los hombres de negocios y las compañías privadas se lancen a la carrera en busca del oro, platino, metales preciosos y tierras raras que existen más allá de nuestro planeta.


Que sean empresas privadas, y no la Nasa, las que viajen a la Luna o a un pequeño asteroide, desciendan sobre su superficie, perforen el subsuelo, extraigan sus rocas, las procesen y traigan preciados minerales a la Tierra es una tarea compleja y difícil. Mucho más que la que pudimos contemplar en ‘Armageddon’ (1998), película de ciencia-ficción protagonizada por el actor Bruce Willis. No se prevé que veamos mineros espaciales reales antes de 2030-2040.


Riquezas siderales

¿Qué minerales preciosos y estratégicos hay ahí fuera? En los asteroides tipo S abundan el níquel, el hierro y el magnesio. En los de tipo M hay grandes cantidades de hierro y níquel. En la Luna hay platino, titanio, hierro, paladio, rutenio, osmio (el elemento natural más denso que existe) e iridio (el más resistente a la corrosión).hdfhf
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