Tercer Milenio

En colaboración con ITA

¡Qué alivio de moleculica!

La última moleculica del año viene con muy buenas intenciones: aliviar los síntomas de esos resfriados tan comunes estos días de frío. Ella misma nos cuenta su historia y aporta varias pistas. Siguiéndolas descubrirás su identidad.

En los fármacos contra los síntomas del resfriado casi siempre aparecen los antitusivos
En los fármacos contra los síntomas del resfriado casi siempre aparecen los antitusivos

Un fármaco

Mis amigas las moleculicas atmosféricas me dicen que ya vale. Que están superapretadas ahí arriba y hace mucho calor. Tanto que hay un calentamiento global, y que por su culpa estáis teniendo un otoño rarísimo. A ver, que yo soy un fármaco y me da igual, pero a este paso ese catarrazo que pilláis todos los inviernos será el menor de vuestros problemas. Hablando de catarros, os voy a hablar un poco de mí.

¡Achís!

Mocos, malestar, irritación de garganta, tos… Qué rollo es pasar un catarro. Duran siete días con medicinas y una semana sin tomarlas, dicen los expertos. Pero a veces viene bien aliviar los síntomas y vais a la farmacia a por unos poderosos cócteles de fármacos. En esos polvos de un característico naranja, casi siempre aparecemos los antitusivos. Si no soy yo, es alguien de mi familia. Somos todos unos cracks aliviándoos la molesta tos. No os puedo decir quién soy, pero sí explicaros cómo funciono. Me parezco a una prima mía bastante utilizada: la codeína. Aunque suene increíble, vuestro organismo es capaz de transformar la codeína en morfina. Lo que leéis. La morfina en grandes cantidades os deja atontados perdidos, pero en dosis pequeñas (como las de los medicamentos para el catarro) lo que hace es relajar los músculos y disminuir esa tos compulsiva tan insoportable. La codeína hace algo parecido, pero tiene muchos efectos secundarios y no debe usarse en menores. Y aquí es donde aparezco yo, a tomar el relevo.

Una pista sobre mi nombre

Como tantas otras moleculicas, tengo una hermana que es como mi imagen invertida en el espejo. Resulta que ella es zurda y muy sosa (no por ser zurda, pobrecica, pero es que apenas os hace ningún efecto). Yo soy más diestra en esas tareas, y –aquí va la pista– esa gran destreza mía se refleja en mi nombre.

Alucinante

Igual os estáis preguntando si me ocurre como a mi prima la codeína, que se transforma en una droga y os deja tontos. ¡Pues no andáis muy desencaminados! Si me tomáis en grandes cantidades me convierto en un alucinógeno disociativo. De hecho, en los barrios chungos me venden como una droga y me dan el nombre de Ángel (muy navideño ¿verdad?). Pero que no cunda el pánico. No tiréis los anticatarrales por el retrete. Ni ahora, por miedo a una redada, ni nunca, los medicamentos caducados me los lleváis a la farmacia. Lo dicho, que no os preocupéis. Los antitusivos llevan dosis de mí muy pequeñas, no os pueden causar alucinaciones. Antes de que ocurra, vuestro organismo me habrá metabolizado y excretado por la orina.

Para terminar, un bombazo

Resulta que a lo mejor (o peor, según se mire), ni mi prima la codeína ni yo misma somos tan eficaces como se pensaba para disminuir la tos. Estudios recientes realizados por la agencia del medicamento americana dicen que aliviamos la tos lo mismo que un caramelo de limón. Vamos, que somos un placebo. Como pensáis que estáis tomando algo contra la tos, vosotros mismos os calmáis y obtenéis el efecto relajante que tanto os hace falta. ¿Será cierto? No sé, la verdad, ¡yo soy una simple moleculica, no un médico!

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Para ser una buena madre o un buen padre, tendrás que averiguar sus propiedades, usos y la opinión que la gente tiene de ella. No te preocupes si te parece difícil y una gran responsabilidad; desde el blog ‘Moléculas a reacción’ te ayudaremos y guiaremos en tu adopción.

Fernando Gomollón Bel químico y divulgador y José Ignacio García Laureiro Instituto de Síntesis Química y Catálisis Homogénea 

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