Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Me resfrío si ando descalzo

Caminar sin calcetines ni zapatos en pleno invierno es arriesgarnos a coger un buen catarro. ¿Por qué?

Con el buen tiempo, el riesgo de acatarrarnos por andar descalzos disminuye
Con el buen tiempo, el riesgo de acatarrarnos por andar descalzos disminuye
barbara w

Caminar descalzo es bueno. Excepto si lo haces en pleno invierno. La explicación es muy sencilla. Resulta que la mayoría de nosotros lleva en la nariz gérmenes causantes de resfriados y gripes que no causan síntomas. Mientras la napia se mantiene bien irrigada y caliente, llegan a las fosas nasales suficientes células inmunitarias para frenar cualquier intento invasor de estos microbios. Les damos, literalmente, con un canto en las narices.

Sin embargo, si andamos por un suelo frío sin llevar puestos calcetines ni zapatos, la situación cambia por completo. Como medida de emergencia para evitar la pérdida de calor corporal, nuestra piel palidece de inmediato. Y simultáneamente, los vasos sanguíneos del interior de la nariz y de la garganta se constriñen. La temperatura se mantiene, es cierto, objetivo conseguido. Pero, a cambio, la primera línea de defensa queda temporalmente desprotegida. Es entonces cuando nos convertimos en un blanco fácil para los virus y bacterias que nos rondaban.

Porque, para colmo, resulta que el frío reduce el movimiento de los cilios de las células nasales que filtran la suciedad y los gérmenes. A lo que se suma que los gérmenes que causan resfriados se multiplican mucho mejor a 33ºC (la temperatura propia de una nariz fría) que a los 37ºC de temperatura que suele mantener nuestro cuerpo. En definitiva, tenemos todas las papeletas para acatarrarnos sin remedio.

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