Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Descubre un aminoácido herbicida

La moleculica que hay que descubrir esta vez es muy controvertida. Ella misma cuenta su historia, llena de pistas para desenmascarar quién es.

¿Sabes qué molécula es esta?
¿Sabes qué molécula es esta?

Muy controvertida

He de confesaros algo: cuando me llamaron para participar en el concurso Adopta tu molécula de Tercer Milenio me lo pensé muy mucho. Y es que, muy a mi pesar, soy una moleculica muy controvertida. Siempre que salgo en los medios acaban poniéndome a caldo. De hecho, estas últimas semanas he salido en un montón de titulares de lo más alarmante.

Agente secuestrador de iones

Cuando era una recién nacida, yo era una moleculica feliz. Había venido al mundo para ayudaros, facilitando la producción de alimentos en todo el mundo. Y, como tantas veces, mi descubrimiento fue fruto de la casualidad. Pista: soy un aminoácido. Igual este palabro os suena si tenéis algún amigo loco por el ‘fitness’. Son las piezas más básicas de vuestras proteínas. Pero yo soy un aminoácido especial: tengo un átomo de fósforo en mi estructura. Me descubrieron en 1950, y me patentaron como agente secuestrador de iones en 1964. Suena mal, lo sé, pero no es nada malo. Me encargo de localizar los metales disueltos en el agua y los atrapo. Algunos me probaron como agente descalcificador, para ‘ablandar’ aguas duras como las de Zaragoza.

Por casualidad

Alguien se percató de que algunas primas mías tenían otro efecto, eran capaces de matar las hierbas. Se pusieron a investigar más y, ¡sorpresa! Resulta que yo también soy excelente herbicida. Nueva patente al canto, y me dediqué a ayudar a los agricultores a librarse de esas malas hierbas que invaden los cultivos a la menor oportunidad. Fueron mis momentos de gloria. Todo eran ventajas: resulté muy tóxica para las plantas pero inocua para animales como vosotros. Además, mataba las malas hierbas sin afectar al crecimiento de lo sembrado porque se me podía aplicar en las hojas de la planta. Una maravilla, vaya. Algunos dijeron que, evitando las hambrunas, había contribuido a salvar tantas vidas como la penicilina. El ‘herbicida ideal’, me llamaban.

La fama es efímera

Algunos científicos descubrieron microorganismos inmunes a mis efectos y, utilizando la ingeniería genética, crearon plantas que resistían a mis encantos. De esta forma, se me podía aplicar, a saco, sobre todo un campo y mataba a todas las plantas menos la planta modificada. ¿A qué suena increíble? Pues ese fue el principio del fin de mi popularidad. Mi asociación con los transgénicos se vio como la pareja emperador Palpatine–Darth Vader. Me empezaron a llamar de todo; incluso la OMS me clasificó como un "probable carcinógeno de tipo 2A", junto a la carne roja y las bebidas muy calientes, ya veis el nivel. Para acabar de liar la cosa, se descubrieron irregularidades tanto en los estudios que proclaman mi peligro como en el que lo niega. Los intereses económicos, que mueven montañas, y hacen que la ciencia pierda uno de sus grandes valores: la objetividad.

¿Sabes qué molécula soy y qué empresa me patentó como herbicida?
Manda tu respuesta a milenio@heraldo.es con el asunto Adopta tu molécula y tus datos. Fecha límite: 8 de diciembre.

Para ser una buena madre o un buen padre, tendrás que averiguar sus propiedades, usos y la opinión que la gente tiene de ella. No te preocupes si te parece difícil y una gran responsabilidad; desde el blog ‘Moléculas a reacción’ te ayudaremos y guiaremos en tu adopción.

José Ignacio García Laureiro Instituto de síntesis Química y Catálisis Homogénea y Fernando Gomollón Bel Químico y divulgador

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión