¿Quién fue Enheduanna? ¿Y Émilie de Châtelet? ¿Por qué los maestros cerveceros consideran su mentora a Hildegarda de Bingen, una monja del siglo XI? ¿Habría sido posible descifrar la estructura del ADN sin el trabajo deRosalind Franklin? ¿Por qué es tan desconocida la mujer que desentrañó la estructura de la penicilina? Adela Muñoz Paez rescata estas y otras historias desconocidas de algunas de las mujeres que hicieron aportaciones relevantes a la ciencia en este libro que edita Debate.

Apenas existe un imaginario que reconozca a las mujeres como sujetos de conocimiento científico y la ‘naturaleza’ femenina o ‘lo humano’ se han representado a partir de lo masculino. Quienes firman esta obra en Catarata, S. García Daude y Eulalia Pérez Sedeño, se preguntan "si el ‘sexo’ o la ‘raza’ del sujeto de investigación son relevantes para el conocimiento o, mejor dicho, si la diversidad y la democracia en una comunidad científica influyen en mejores formas de hacer ciencia, más objetivas y justas socialmente".

Dava Sobel desvela en esta obra "la historia de las mujeres de Harvard que nos acercaron las estrellas". Estudiar las estrellas capturadas en placas fotográficas de vidrio, permitió a las mujeres contratadas por el Observatorio de Harvard hacer descubrimientos extraordinarios: ayudaron a identificar de qué estaban hechas las estrellas, las dividieron en categorías significativas y encontraron una manera de medir distancias en el espacio por la luz que emiten. Edita Capitán Swing.