Tercer Milenio

En colaboración con ITA

¿Cómo se forman las dolinas?

La dolina. Se estima que mide unos 4x4 metros y que supera los cinco de profundidad. Se detectó el jueves, pero el aviso no llegó hasta el lunes por la tarde.
La dolina. Se estima que mide unos 4x4 metros y que supera los cinco de profundidad. Se detectó el jueves, pero el aviso no llegó hasta el lunes por la tarde.
Guillermo Mestre

Las dolinas siempre han preocupado en el valle del Ebro. Tanto es así que, antiguamente, algunos agricultores recorrían los campos de labor con una vara de sabina atravesada y atada a los hombros. ¿La finalidad? Evitar acabar engullidos por una dolina si el suelo cedía bajo sus pies. 


Pero, ¿por qué ocurren estos colapsos súbitos del terreno? La historia de esos profundos agujeros que se abren en pleno campo o debajo de una casa empieza siempre con el agua subterránea disolviendo los sedimentos solubles del subsuelo. Agua y tiempo inician un silencioso proceso que a veces culmina súbitamente, cuando los materiales del estrato situado encima se deforman y terminan provocando el hundimiento de la superficie del terreno.


Las denominadas dolinas de subsidencia pueden estar relacionadas con la disolución de sedimentos carbonatados (calizas y dolomías) o evaporíticos (yesos y sales). Los terrenos evaporíticos se disuelven y hunden con mucha mayor facilidad que los carbonatados, menos solubles y más resistentes que las evaporitas. 


Las evaporitas terciarias del entorno de Zaragoza están formadas por yeso, anhidrita halita y glauberita. Las zonas donde la subsidencia plantea mayores problemas son aquellas en las que los sedimentos evaporíticos terciarios se encuentran cubiertos por depósitos detríticos recientes de origen aluvial. Así ocurre en el entorno de Zaragoza, Madrid o Calatayud, áreas de activa subsidencia. Recientemente se ha abierto una dolina de unos cinco metros y medio de profundidad en pleno barrio de Valdefierro.


La actividad humana activa o acelera este proceso y con frecuencia desencadena la formación de dolinas. Los fenómenos de subsidencia inducidos por el ser humano -por aporte de agua al subsuelo debido al riego o a pérdidas en canales y conducciones- son muy habituales en las inmediaciones del Canal Imperial de Aragón, en el entorno de Zaragoza. También los descensos del nivel freático, la aplicación de cargas estáticas o dinámicas sobre el terreno o las excavaciones, tanto superficiales como profundas, son factores desencadenantes.

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