Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Un buitre oscense de vacaciones en Dinamarca

La inusual estampa de 30 buitres leonados ha dejado boquiabiertos a los pajareros daneses. Una de estas aves fue anillada en Aragón.

Cerca del 95% de la población europea de buitre leonado vive en la península Ibérica.
Cerca del 95% de la población europea de buitre leonado vive en la península Ibérica.
Niko Lopez (www.nikolopez.es)

A más de 1.700 kilómetros de su lugar de origen y casi tres años después de su anillamiento, fue avistado un buitre leonado oscense, ante las miradas sorprendidas de multitud de daneses. Este ejemplar no fue el único que llegó tan lejos; junto a él, unos 30 ejemplares más surcaban los cielos de Dinamarca. No es de extrañar que los habitantes de estas frías tierras no dieran crédito, ya que desde 1858, los pajareros daneses no habían visto volar en grupo a tantos ejemplares de buitre leonado. Por ello, medio país quería saber de ellos: prensa y grupos de aficionados hacían cola para observarlos en pleno vuelo y poder identificarlos.El protagonista da la cara

Parece claro que el trabajo de anillamiento científico que coordina la asociación SEO Birdlife en Aragón tuvo mucho que ver en la identificación de este ejemplar aragonés de vacaciones por el norte de Europa. De hecho, desde la oficina de anillamiento danesa que los encontró, pronto se resolvió el misterio de su procedencia. La anilla que portaba el ejemplar, indicaba que el ave fue marcada el 1 de octubre de 2013, en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de la Alfranca (Zaragoza) y que fue liberada en el parque natural de la Sierra y los cañones de Guara, en Huesca. El trabajo de conservación de la especie, gestionado también por el Gobierno de Aragón, en concreto desde el comedero de aves necrófagas de Alquézar, de donde procedía el protagonista, había dado sus frutos.


Pero ¿el espíritu viajero de este buitre es algo común? Según los expertos ornitólogos, estos animales son semimigradores, porque solo realizan largos desplazamientos antes de los cuatro años de edad, mientras son jóvenes. Normalmente, vuelven a su territorio y se emparejan para reproducirse. Además, estas aves tienen establecida una jerarquía muy marcada, de modo que los ejemplares jóvenes suelen ocupar el último puesto en relación al orden en el que ingieren el alimento en los comederos. Entonces, ¿una de las causas de su largo viaje ha sido la búsqueda de alimento?


Según explica Nicolás López, biólogo de SEO Birdlife: “es probable que viajen en busca de alimento y se dejen llevar por las corrientes térmicas, cursando el Pirineo aragonés”. De este modo, según el especialista, se podrían haber desviado llegando a la parte oriental de Francia, recolonizando zonas del Pirineo francés. Desde allí, podrían haberse desplazado hasta Dinamarca en busca de carroña. “Los buitres leonados son animales muy sociables y cuando se desplazan hacia distancias tan lejanas suelen hacerlo en grupo”, asegura .


Con más de 2,5 metros de envergadura y un peso de 6-9 kilos, este carroñero es de las especies más voluminosas de Europa y una de las más longevas. Su distribución es bastante amplia, ocupa el suroeste y sureste de Europa, el noroeste y sur de África, Los Balcanes, Turquía, Arabia, Irán, Afganistán, Pakistán y norte de la India. Al buitre leonado se le denomina rapaz porque con ese nombre se hace referencia a un grupo de aves de los órdenes taxonómicos falconiformes (rapaces diurnas) y estrigiformes (rapaces nocturnas), independientemente de su alimentación. En este caso, existen analogías morfológicas: garras, pico, alas, tipo de vuelo... con las rapaces.


Cerca del 95% de la población europea de buitre leonado vive en la península Ibérica y, en ocasiones, la falta de alimento o la simple curiosidad pueden ser la causa de sus largos desplazamientos. El grueso de la población española se concentra en Aragón, con 5.827 parejas censadas en 2008. Quizás, por ello, esta comunidad autónoma tiene un papel fundamental en la conservación de la especie.¿Cómo cuidar al 'patito feo'?

Las iniciativas para favorecer la supervivencia de las aves carroñeras se han realizado a escala regional, nacional e internacional. Las poblaciones de buitre leonado sufrieron importantes declives en la primera mitad del siglo XX, como consecuencia del veneno empleado por cazadores y agricultores, junto con su persecución directa. Y, aunque tras este retroceso hubo un período de recuperación espectacular, el repunte del uso de nuevos venenos y los cambios en la gestión de las carroñas y muladares han vuelto a proyectar sombras de incertidumbre sobre el futuro de esta enorme ave.


Tras la alarma creada con la aparición, en los años noventa, de enfermedades transmisibles a través de la cabaña ganadera, como la encefalopatía espongiforme bovina o enfermedad de la vacas locas, surgió una legislación para garantizar la salud pública y evitar la transmisión de estas enfermedades del ganado a las personas. Esta normativa consistía básicamente en impedir que fuera abandonada cualquier res muerta en el campo, lo que prohibía también la existencia de los tradicionales muladares. Esto creó una complicada situación para la conservación de la fauna carroñera, en especial para las aves necrófagas como el buitre leonado.


Ante esta situación, era imprescindible tomar medidas urgentes para modificar el reglamento procedente de la Unión Europea, con el fin de que existieran excepciones o delimitación de zonas para el alimento de estas aves. A partir de 2007 y gracias a la estrecha colaboración de organizaciones como SEO Birdlife, algunas ONG y sindicatos de ganaderos, se consiguió exigir el cumplimiento de una nueva normativa que lograse regular zonas de protección especial para la especie y su alimentación en comederos específicos, muladares y zonas dentro de espacios naturales.


Así, a partir de entonces, el Gobierno de Aragón puso en marcha una red de 53 comederos en Aragón junto con un sistema de monitorización de las poblaciones de buitre leonado a través de emisores de satélite y anillas que permitía identificar y censar a los ejemplares. Según Nicolás López, biólogo de Seo Birdlife, “la participación de los ganaderos y nuestra organización ha sido clave en este proyecto”. “Juntos, hemos conseguido alegar y reclamar a favor de la salud de los ecosistemas y en el ahorro de costes de transporte de cadáveres por parte de los ganaderos”, añade.


El buitre leonado es una especie básica en el correcto funcionamiento de los ecosistemas, ya que evitan propagar enfermedades entre los mamíferos, de hecho según afirma el especialista, “son los grandes aliados del ganadero: se comen placentas cuando nacen los ovinos, evitando que puedan sentirse atraídos otros depredadores que pueden hacer estragos en el ganado”, asegura. Pero además, con esta nueva normativa, se ha reducido el coste medioambiental derivado de la gestión de los cadáveres; evitando su transporte e incineración, se han reducido las emisiones de CO2.Una patrulla canina contra el veneno

A pesar del papel vital de estas aves como grandes descomponedoras y responsables de higienizar la cadena alimentaria, el buitre leonado ha sido percibido como el patito feo de las grandes rapaces. Quizás por no destacar por un sonoro canto o vivos colores, como tantas otras aves que a todo el mundo le agradan. SEO Birdlife también ha empleado este rasgo para dar nombre a otra de sus campañas de conservación de la especie, esta vez para poner freno al uso de nuevos venenos. La iniciativa se ha basado en proteger a las cuatro especies de buitres presentes en España -buitre leonado, buitre negro, alimoche y quebrantahuesos-, hoy en riesgo por el uso del fármaco dicoflenaco, un antiinflamatorio ampliamente utilizado por los seres humanos y cuyo uso veterinario en España e Italia ha sido autorizado por la Comisión Europea. Este fármaco veterinario ocasiona la muerte a las aves que se alimentan de la carroña de animales que lo han consumido.


En este sentido, Luis Tirado, técnico de la delegación en Aragón de SEO Birdlife , nos alerta de la mortalidad de la especie por este y otros venenos empleados por agricultores y ganaderos. “A nivel local, Aragón ha sido una de las comunidades pioneras en la lucha contra los venenos. Algo desconocido por los ciudadanos es que disponemos de una patrulla canina que detecta el veneno en otros predadores que pueden ingerir los buitres leonados en forma de carroña”. Se trata del proyecto Life antídoto, que cuenta con financiación europea, para adoptar medidas innovadoras contra la lucha del veneno ilegal en zonas rurales, para conservar a esta y otras aves necrófagas. Según Tirado, “esta patrulla canina realiza inspecciones preventivas para localizar cebos envenenados y restos de animales silvestres y domésticos muertos por envenenamiento”.


Dejando a un lado los impactos provocados por el uso de venenos, Aragón, posee un paisaje agreste, adecuado para el buitre, ya que su período de cría se lleva a cabo en sistemas rocosos de alta montaña. Este hecho parece volverse en contra de la especie tras la proliferación, en la última década, de la escalada deportiva, que aglomera aficionados que pueden interrumpir el largo período de cría de las rapaces. Según Tirado, se ha conseguido también equilibrar este daño con la creación de zonas de tranquilidad para las aves gracias a la colaboración de SEO con la Federación Aragonesa de Montaña. Parece que en zonas como Peñarrueba y los Cañones de la Sierra de Guara, escaladores, empresarios y funcionarios de la administración pública se han decantado por pactar a favor de los buitres leonados. “Así se ha conseguido zonificar la escalada en: zonas de tranquilidad para la aves, donde no se escala, y zonas donde se puede practicar de forma clásica, sin emplear el uso de modernos equipamientos, para así molestar lo mínimo a estas aves”, afirma.


La colaboración de asociaciones, ciudadanos y empleados públicos a nivel local, nacional e internacional es crucial para el futuro de esta especie.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión